El fallecimiento debido a un infarto del presidente que ya estaba de salida tras quince años en el poder, pone los ojos en una de las naciones m{as pobres y golpeadas del mundo, donde los nios carecen de los bienes ms elementales y sus posibilidades de vida, como en el caso del fallecido Nkurunziza no supera a los 57 años de edad.
El Político
La muerte de Pierre Nkurunziza, falleció tras complicaciones en su estado de salud llegó a dos meses de dejar su cargo, tras estar al frente del país africano desde el fin de la Guerra Civil de Burundi. Un periodo de gobierno que ha sido cuestionado por constantes vulneraciones de los derechos humanos.
Según el comunicado gubernamental, el líder había visto un partido de voleibol el sábado, pero se enfermó y fue trasladado a un hospital. Al parecer el domingo mejoró su estado para el lunes 8 de junio deteriorarse y evolucionar hacia un ataque cardiaco.
"El Gobierno de la República de Burundi anuncia con gran tristeza la muerte inesperada de su Excelencia Pierre Nkurunziza, Presidente de Burundi", escribieron miembros del Gobierno en un comunicado en Twitter.Burundi Government✔@BurundiGov
Nkurunziza tenía previsto dejar la Presidencia en agosto
En agosto, Nkurunziza iba a ser relevado por el general retirado Evariste Ndayishimiye, que se presentó con el partido de Gobierno en las elecciones del mes pasado. Unos comicios que se vieron empañados por las denuncias de la oposición del ejercicio de la violencia por parte del Ejecutivo.
La primera opción del presidente para su relevo era Pascal Nyabenda, presidente de la Asamblea Nacional. Sin embargo, la presión del cuerpo militar obligó a Nkurunziza a cambiar de decisión. Por el momento, Nyabenda será presidente hasta agosto, cuando Ndayishimiye se hará cargo del país los próximos 7 años.. Nkurunziza anunció en diciembre que dejaba el poder tras retirarse con el título de "Guía Supremo del Patriotismo".
Un presidente acusado de violar los derechos humanos
Pierre Nkurunziza llegó al poder en 2005, después del final de la guerra civil iniciada en 1993, en la que murieron 300.000 personas, en el enfrentamiento entre hutus (el 85% de la población) y tutsis.
Su mandato debería haber finalizado en 2015, debido a que la Constitución establecía solo dos periodos de Gobierno. Sin embargo, optó por continuar y esto desató una ola de protestas con centenares de fallecidos y, según denuncia la ONU, con medio millón de desplazados. Una situación que derivó en un intento de golpe de Estado que no prosperó.
En 2017, el país se retiró de la Corte Penal Internacional, cerró la oficina de derechos humanos de la ONU en 2019 y expulsó al representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo de 2020, tras las críticas recibidas por el manejo de la pandemia, con pocas pruebas y con grandes actos electorales.
"Al enterarme del fallecimiento de Pierre Nkurunziza, pienso en las miles de vidas que su régimen interrumpió. Las familias que no verán Justicia", tuiteó Thierry Uwamahoro, un activista por la democracia y destacado crítico del Gobierno que vive en el exilio.Thierry Uwamahoro@ThierryU
Exlíder de un grupo rebelde hutú, su gobierno destacó por la tortura, la violación y el asesinato de sus fuerzas de seguridad.
Las denuncias de periodistas y trabajadores de derechos humanos sobre los constantes ataques quedan evidenciados en los cuatro periodistas del sitio web nacional de noticias ‘Iwacu’ que fueron condenados, la pasada semana, a 2 años y medio de cárcel al investigar disturbios en el noreste del país.
El legado de Nkurunziza deja tres cuartas partes de la población viviendo en la pobreza y la esperanza de vida alrededor de 57 años, según el Banco Mundial, 10 años menos que Ruanda.
Los pueblos twa, tutsi y hutu han ocupado el país desde su formación hace cinco siglos. Burundi fue gobernado como un reino por el pueblo Tutsi durante más de doscientos años. Sin embargo, al inicio del siglo XX, Alemania y Bélgica ocuparon la región, y Burundi y Ruanda se convirtieron en una colonia europea conocida como Ruanda-Urundi.
El antiguo nombre del país era Urundi-Ubrundi-Bruwanda. Urundi es la abreviación de "Urundi Rwanda" ("La otra Rwanda"), tal como las fuerzas coloniales belgas solían referirse al territorio. El nombre actual del país proviene del lenguaje bantú Kirundi.
La inestabilidad política ocurrida en la región debido a diferencias entre los tutsi y los hutu, provocó dos guerras civiles y genocidios en el año 1970 y de nuevo en los años 1990. Actualmente, Burundi es gobernado como una república representativa presidencial democrática. El 62% de la población es católica, el 8% es musulmana y el porcentaje restante es animista o pertenece a otras religiones cristianas.
Burundi es uno de los países más pobres del mundo y tiene el segundo PIB per cápita más bajo según el Banco Mundial, después de la República Centroafricana. El PIB de Burundi es bajo debido a las guerras civiles, la corrupción, el pobre acceso a los servicios de educación y salud, infraestructura débil y los efectos del VIH/SIDA.
Burundi está densamente superpoblada, con una emigración sustancial. El cobalto y el cobre son sus principales recursos naturales, y algunas de las principales exportaciones son azúcar y café. Hoy en día, Burundi sigue siendo una sociedad abrumadoramente rural, con sólo el 13% de la población viviendo en zonas urbanas según datos del 2013 y la ocupación de las poblaciones rurales ha provocado la deforestación masiva, erosión del suelo y pérdida de hábitat.
Con Frances Presse. Vikipedia, EFE y Reuters