Un analista del Instituto Cato argumenta por qué la Ley de Ajuste Cubano aún es vigente. Los cubanos, subraya, no son tratados de forma única porque sean cubanos, sino porque Cuba es "el único país sin libertad en el hemisferio occidental”.
Más cubanos han arribado a las fronteras estadounidenses este año que en cualquier otro momento en décadas, un éxodo que algunos expertos atribuyen al temor de los isleños de perder los beneficios migratorios que les otorga la Ley de Ajuste Cubano ante el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos.
El temor no es infundado, varios legisladores han expresado la urgencia de determinar la vigencia de una ley creada para ofrecer refugio a cubanos que huyen de la dictadura castrista, y no para acoger a migrantes económicos.
Para finales de este año, unos 60.000 cubanos habrán llegado a EEUU, y se habrán acogido a la medida para recibir ayuda y legalizar su situación migratoria. ¿Debe Estados Unidos acoger a estos migrantes?
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David J. Bier, analista de política migratoria en el Instituto Cato del Centro para la Libertad Global y la Prosperidad opina que sí, y ofrece sus argumentos en un artículo publicado este jueves en el diario Miami Herald.
Los cubanos, opina Bier, no entran a Estados Unidos de forma furtiva, sino que el 95 por ciento de ellos se somete a chequeos de seguridad en puntos de entrada legales. Bajo la Ley de Ajuste aprobada por el Congreso en 1966, los cubanos que arriben a territorio estadounidense reciben asilo, siempre y cuando no sean criminales o comunistas al servicio del régimen.
Con el cambio de política de Washington hacia La Habana y el acercamiento entre los dos países, algunos miembros del Congreso cuestionan si los cubanos deben continuar recibiendo un tratamiento especial bajo las leyes migratorias estadounidenses. Bier señala que el principio de que las personas no deben ser tratadas de forma diferente basado en su nacionalidad es válido, pero “los cubanos reciben un tratamiento especial no por de dónde provienen, sino por cómo son tratados en su lugar de origen”.
Cuba es el 12no país con menos libertad en el mundo. Es menos libre que Irán y Sudán del Sur. Incluso la China comunista ocupa un ranking superior"
Los cubanos, subraya Bier en su artículo, no son tratados de forma única porque sean cubanos, sino porque Cuba –y cita a Freedom House- es "el único país sin libertad en el hemisferio occidental”.
El sistema comunista, refiere el analista, no tiene un proceso electoral democrático, considera la disensión política un crimen, la corrupción es rampante, los medios de prensa independientes están prohibidos, y las actividades diarias de sus ciudadanos son reguladas por el Estado, incluido el movimiento interno.
“Cuba es el 12no país con menos libertad en el mundo. Es menos libre que Irán y Sudán del Sur. Incluso la China comunista ocupa un ranking superior. Ningún otro país en las Américas se le aproxima. En 2015, los pretendidos socialistas de Venezuela se ubicaban en el puesto 50 y clasificaban como “parcialmente libres”. Haití y Honduras ocupan los puestos 57 y 62, respectivamente. Es por esto que los cubanos son señalados”, argumenta Bier en su artículo.
El analista de Cato recuerda que el Congreso estableció en 1966 que la ley debe terminar cuando “un gobierno elegido democráticamente en Cuba esté en el poder”.
“Mientras Cuba no sea libre, Estados Unidos continuará recibiendo a los cubanos. Lejos de rechazar este principio, el Congreso debería expandirlo a cualquier otro país en esta parte del mundo que no sea libre. Si Venezuela se une al ranking de los “no libres” el próximo año,sus refugiados –muchos de los cuales están viniendo para acá- deberían ser tratados iguak que los cubanos”, afirma Bier.
Sobre la opinión de algunos políticos que culpan del aumento del flujo de migrantes isleños hacia EEUU a la política de Obama hacia Cuba, y argumentan que la misma ha causado el pánico sobre el futuro de la Ley de Ajuste, el analista señala que el incremento del éxodo cubano empezó antes que el presidente Obama anunciara ninguna reforma.
“Por el contrario, tiene su origen en la decisión del gobierno cubano en 2013 de permitir a los cubanos abandonar el país sin restricciones. Muchos cubanos aceptaron la oferta”, indica Bier.
El analista del Instituto Cato opina que derogar la Ley de Ajuste Cubano no terminará con el éxodo. Los cubanos, señala, seguirán intentado llegar a EEUU lanzándose al mar, o evadiendo los chequeos de seguridad en la frontera con México, entregándose a los traficantes de personas.
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“Es mejor para Estados Unidos permitir a los cubanos venir al país con documentos y sometiéndose voluntariamente a los chequeos de antecedentes que malgastar los limitados recursos en deportarlos de regreso al comunismo”, concluye Bier.
No obstante, el analista acepta que el Congreso puede tomar medidas para hacer que la política migratoria hacia los cubanos que buscan asilo sea menos costosa, como eliminar los beneficios especiales que los inmigrantes cubanos reciben: cupones de alimentos, ayuda monetaria, seguro médico.
Bier recordó que el congresista Carlos Curbelo ha presentado una propuesta de ley que haría justamente eso, y la Oficina de Presupuesto del Congreso ha dicho que la medida ahorraría a los contribuyentes $2.5 mil millones de dólares en 10 años.
Con información de Martinoticias