El motín del grupo Wagner ha sido objeto de atención tanto en Rusia como en el extranjero. Por su parte, la prensa rusa ha intentado minimizar la importancia de lo ocurrido y bajar la intensidad de las noticias relacionadas con la rebelión del cuerpo de mercenarios.
El Político
La prensa rusa controlada por el gobierno ha tratado de presentar el motín como un incidente aislado y ha evitado profundizar en los detalles y las implicaciones del mismo.
Se han dado pocos detalles sobre las circunstancias exactas del motín y se ha intentado desviar la atención hacia otros temas.
Además, se ha cuestionado la credibilidad de las fuentes de información que han informado sobre el motín, tanto dentro como fuera de Rusia.
Panorama general
Tras la revuelta del Wagner, muchos habitantes del sur de Rusia recibieron mensajes como este de parte de familiares y amigos de otros lugares del país: "¡Empaquen sus cosas y vengan donde nosotros lo más rápidamente posible!”.
La situación es especialmente tensa en el suroeste desde el comienzo de la guerra, debido a su cercanía geográfica con Ucrania. Y el pasado fin de semana se volvió más peligrosa, reportó DW.
Pero, esta vez el peligro provenía de tropas rusas, más específicamente de los combatientes del grupo Wagner del caudillo Yevguéni Prigozhin.
¿Por qué es importante?
El motín del grupo Wagner es un tema importante y delicado que ha generado preocupación tanto dentro como fuera de Rusia.
Sin embargo, la prensa rusa ha intentado bajar la intensidad de las noticias relacionadas con el incidente por varias razones.
En primer lugar, el gobierno ruso tiene un interés en proteger su imagen y mantener el control sobre la narrativa.
El grupo Wagner ha sido vinculado con el gobierno ruso y se cree que actúa como una extensión de su política exterior. Por lo tanto, cualquier implicación negativa del grupo podría afectar la imagen del gobierno y de Putin.
Además, el gobierno ruso ha tratado de minimizar la importancia del grupo Wagner y ha negado su participación en conflictos internacionales.
Al bajar la intensidad de las noticias relacionadas con el motín, se busca evitar que se profundice en las actividades del grupo y se ponga en evidencia su papel en conflictos como el de Ucrania.
Por último, la prensa rusa también ha cuestionado la credibilidad de las fuentes de información que han informado sobre el motín.
Se ha sugerido que hay intereses políticos detrás de las acusaciones y que se está exagerando la importancia del incidente.
"Traición en tiempos de guerra"
"Mi vecina de abajo recibió una llamada de su hija desde la región de los Urales, diciéndole mamá, no te puedes quedar en Rostov, ven acá’”, cuenta a DW una mujer mayor, residente en la ciudad que fue ocupada transitoriamente por las tropas Wagner.
No solo allí hubo miedo e inseguridad. Miedo, porque nadie sabía hasta dónde llegaría el ejército privado de Prigozhin.
De acuerdo con medios de prensa, sus hombres estaban a menos de 200 kilómetros de la capital rusa.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, recomendó a la gente no salir a las afueras de la ciudad.
Vale destacar que Prigozhin, antes ensalzado en todos los medios estatales, terminó siendo condenado al unísono por la prensa rusa.
"¡Motín armado en Rusia, que no fue respaldado por la sociedad! ¡La traición en tiempos de guerra es un grave delito!”
Con esos titulares inició el presentador Dmitri Kiselev su programa en el canal de TV Rossia un día después del conato de golpe.
Les siguieron imágenes de los tanques en retirada y el comentario: "La guerra fratricida pudo ser evitada”.
Entre líneas
El filósofo ruso Denis Grekov declaró a DW que "un estado que no tiene el monopolio de la fuerza y en el que no rigen las normas jurídicas, en el fondo ya no es un Estado”.
Grekov parte de la base de que Prigozhin sigue disfrutando de la admiración de la llamada "opinión pública patriota”, y también de algunos representantes de las estructuras de poder, especialmente en el ejército ruso.
Explica que muchos están decepcionados del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y del presidente Putin.
Pérdidas del ejército ruso
Kiselev intentó presentar los hechos como un triunfo del Kremlin, destacando que se evitó un gran derramamiento de sangre.
El hecho de que por lo menos diez soldados del ejército ruso murieron por los disparos de las tropas de Prigozhin pasó a segundo plano.
Mayor confusión aún causó la absolución de Prigozhin. Todos los cargos en contra suya y del grupo Wagner fueron retirados, según informó la agencia rusa RIA.
Eso, a pesar de que Putin había anunciado el sábado un severo castigo para todos los implicados en la rebelión.
Poco después, apareció nuevamente en TV para agradecer que su contrincante hubiera suspendido a tiempo la marcha hacia Moscú.
En resumen
Los medios estatales rusos tuvieron que explicar una vez más a su público la confusa situación.
En el caso de la directora del canal ruso RT, Margarita Simonian, la explicación sonó así: "Las normas jurídicas no son mandamientos de Cristo ni las Tablas de la Ley de Moisés.
Son escritas por personas, para garantizar el orden y la estabilidad en el país. Si en algunos casos críticos excepcionales no cumplen su función… ¡al diablo con ellas!”
Para el filósofo ruso Denis Grekov, las palabras de Simonian no son otra cosa que una declaración de bancarrota del Estado ruso.