Vladímir Putin, presidente de Rusia, sufrió quizás el mayor desafío a su autoridad en los casi 25 años que lleva en el cargo.
El Político
La acción armada de la empresa militar privada Wagner, bajo el mando de su líder, Yevgeny Prigozhin, llegó a unos 200 kilómetros de Moscú, derribando siete aviones y matando a 13 militares rusos por el camino, reportó ABC.
En contexto
La crisis permite comprender los niveles de la política, la seguridad y la sociedad. Para Occidente, el enfrentamiento debería alertar a los responsables políticos sobre la posibilidad de una mayor desestabilización del sistema político ruso, incluso de disturbios armados más violentos. Deberían planificar para tales escenarios y apoyar a los activistas de la sociedad civil rusa.
Ni un solo miembro de la élite rusa apoyó públicamente a Prigozhin. El sábado por la noche, varios gobernadores regionales y miembros de la élite federal habían respaldado públicamente a Putin.
Esto demuestra los límites de la oposición a Putin en las altas esferas. Sus respuestas variaron, pero en lugar de volverse contra el líder, los miembros de la élite permanecieron en silencio, dieron largas a la expresión de su apoyo o respaldaron abiertamente al presidente.
¿Peligro para Putin?
Putin cometió un error estratégico al permitir que Wagner evolucionara y floreciera durante tantos años. Lo permitió a cambio de una negación plausible de las acciones de Rusia en África y Oriente Medio, donde Wagner ha ayudado a regímenes locales ofreciendo asistencia paramilitar de seguridad en países como Siria, Libia y la República Centroafricana, y promoviendo campañas de desinformación en Madagascar y Malí.
En una ocasión, Wagner incluso luchó junto a las fuerzas de paz de la ONU para repeler un ataque en Bangui. Putin permitió a Prigozhin ampliar sus fuerzas tanto en tamaño como en calidad.
En Ucrania, Wagner recibió modernos tanques, artillería y sistemas de defensa antiaérea, así como miles de presos de las cárceles rusas. Esto permitió a Rusia obtener ganancias operativas a corto plazo.
Todo ello se tradujo en la presencia de una fuerza de combate bien armada y experimentada que el Estado ruso no controlaba.
Los Wagner contra Putin
Wagner era, por tanto, un cuerpo extraño en los sistemas político y de seguridad rusos. Nunca antes los gobernantes rusos habían proporcionado tanto poder a un grupo armado cuasi institucionalizado, según ElConfidencial.
A pesar de su ineficacia, el sistema ruso está relativamente burocratizado, con normas y organizaciones formales que actúan como canales y límites para la acción política. Prigozhin existía fuera de los límites de este sistema. Las diversas fuerzas de seguridad de Rusia permanecieron leales a los dirigentes civiles. Wagner se apoderó del cuartel general del Distrito Militar Sur, pero esto no provocó disturbios más amplios ni desestabilización en los frentes. Ni un solo oficial ruso en funciones se unió a Wagner.
Y ello a pesar de la aversión en las filas por el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, y aún más por el ministro de Defensa, Sergei Shoigu. Al final, el episodio demostró la continua subordinación de los militares a los dirigentes civiles.
Panorama general
El sector de seguridad ruso carece desesperadamente de iniciativa y coordinación. Durante casi 24 horas, las tropas de Wagner pudieron desplazarse con relativa libertad, con solo un puñado de casos de enfrentamiento, que procedieron de la fuerza aérea rusa.
Prigozhin eludió las bases militares, policiales y del FSB rusas sin que esas unidades intentaran detenerle. Esto pone de manifiesto la fragilidad del sistema político ruso.
A falta de una clara toma de decisiones ejecutivas desde el centro en las primeras horas del motín, es probable que los responsables más locales se limitaran a no hacer nada en lugar de utilizar la iniciativa y actuar de forma autónoma.
Entre líneas
Estar preparados para evitar que la evolución interna de Rusia les pille desprevenidos, los Estados europeos y sus aliados deberían emprender serios juegos de escenarios estratégicos a largo plazo. En Rusia, nada cambia para siempre hasta que todo lo hace en un momento. La elaboración de respuestas a los distintos escenarios posibles ayudará a los líderes políticos occidentales a estar en la mejor posición posible para tomar sus propias decisiones. Apoyar a la sociedad civil rusa y a los políticos democráticos. Los responsables políticos europeos deben garantizar que los proyectos de promoción de la democracia comprometan a los líderes políticos y de la sociedad civil alternativa rusa con una agenda positiva y ayuden a los líderes sensatos. La guerra de Rusia en Ucrania hace difícil imaginar que los rusos democráticos puedan centrarse en otra cosa.
En Rusia, nada cambia para siempre hasta que todo lo hace en un momento. La elaboración de respuestas a los distintos escenarios posibles ayudará a los líderes políticos occidentales a estar en la mejor posición posible para tomar sus propias decisiones.
Apoyar a la sociedad civil rusa y a los políticos democráticos. Los responsables políticos europeos deben garantizar que los proyectos de promoción de la democracia comprometan a los líderes políticos y de la sociedad civil alternativa rusa con una agenda positiva y ayuden a los líderes sensatos. La guerra de Rusia en Ucrania hace difícil imaginar que los rusos democráticos puedan centrarse en otra cosa.
Pero a ese 25% de rusos que dicen que les gustaría participar más activamente en política hay que hacerles sentir que su compromiso marcará la diferencia. Este mensaje debe transmitirse en términos sencillos, adaptados al contexto local y compartidos por los activistas que permanecen en Rusia.