El presidente de Bolivia, Evo Morales, defendió hoy la "revolución" que dirige desde 2006 y su nueva candidatura en 2019 mediante la cual buscará un cuarto mandato, todo en un acto multitudinario celebrado en la zona cocalera del Chapare.
Morales reunió a miles de personas en un estadio de Ivirgarzama (centro) para celebrar el undécimo aniversario de su primer triunfo electoral, obtenido el 18 de diciembre de 2005, pero no pudo contar como esperaba con sus colegas de Ecuador, Rafael Correa, y Venezuela, Nicolás Maduro, que cancelaron sus visitas.
Rememoró los principales logros de sus casi once años en el Gobierno, que se cumplirán el 22 de enero de 2017, y dijo que si el pueblo lo sigue apoyando seguirá con sus reformas hasta el 2025.
El mandatario ratificó que su revolución es "antiimperialista", que está impulsada por los movimientos sociales y que ha permitido que Bolivia logre un crecimiento económico y una reducción de la extrema pobreza, algo que, según dijo, no se vio antes en la historia del país.
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Sostuvo que por esos resultados su proceso de cambio "no es cualquier revolución" y debe ser festejado con orgullo y continuar hasta el 2025, cuando Bolivia cumplirá 200 años de creación.
La planificación e inversión estatal permitieron que el producto interior bruto (PIB) llegase hasta ahora a 34.000 millones de dólares, desde los 9.000 millones registrados en 2005, agregó.
"¿Qué demuestra esto? Que nuestras luchas no estaban equivocadas, que con nuestras marchas y movilizaciones no hemos querido perjudicar a nadie, solo luchamos por Bolivia", enfatizó.
El mandatario se refirió también al hecho de haber aceptado el sábado presentarse como candidato en los comicios de 2019, después de que su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), se lo pidiese y planteara hasta cuatro opciones para habilitarlo como candidato.
"Si el pueblo dice sí, Evo seguirá con el pueblo para seguir garantizando esta revolución democrática cultural. Muchos de ustedes me hicieron creer que la vida de Evo no es de Evo, que la vida de Evo es del pueblo. Estoy obligado a someterme a ustedes para seguir trabajando por nuestra querida Bolivia", dijo Morales.
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La Constitución firmada por el propio Morales en 2009, permite solo dos mandatos consecutivos, pero el Tribunal Constitucional ya lo habilitó como candidato en las elecciones de 2014, que coronó con un triunfo para ejercer ahora su tercer período.
El mandatario dijo hoy que seguro "la derecha va a llorar", va a "tergiversar" y "seguir mintiendo" sobre su habilitación y subrayó que las fuerzas de oposición no tienen nada que proponer al país.
Precisamente, varios líderes opositores cuestionaron hoy que el oficialismo desconozca el resultado del referendo celebrado el 21 de febrero pasado, en el que un 51,3 % de los votantes rechazó una reforma constitucional para permitir otra candidatura de Morales.
El expresidente Jorge Quiroga (2001-2002) criticó que un mandatario en funciones se proclame candidato para "seguir en el cargo, en violación de la Constitución, contraviniendo la voluntad popular expresada en un referendo el 21 de febrero".
"Lo que Evo Morales ha hecho es la demostración fehaciente de que le mete nomás, que no le interesan las leyes, que él es el rey y que las leyes, la Constitución y la votación de los bolivianos están sometidas a su capricho, a su angurria, a su ambición sin fin, a su necesidad de impunidad", declaró Quiroga a los periodistas.
En declaraciones a Efe, el empresario y líder de la opositora Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, señaló que Morales y su partido han demostrado "que no respetan la Constitución", ni las leyes, ni "la palabra del pueblo" expresada en las urnas en febrero.
Opinó que los oficialistas "están desesperados por no abandonar el poder porque tienen pavor a tener que rendir cuentas de tanta corrupción que ha habido y de cómo han mal utilizado la bonanza económica de los últimos diez años".
El oficialismo considera que la población votó engañada en el referendo de febrero debido a una "guerra sucia" promovida por la oposición y Estados Unidos para desprestigiar al Gobierno.
Para habilitar a Morales, el congreso del MAS planteó cuatro posibles caminos que, según el gobierno, son lícitas.
Dos de las opciones consisten en buscar reformas constitucionales que deben ser sometidas a referendo popular, una tercera es que Morales renuncie a su actual mandato al menos seis meses antes terminar su período y la cuarta es dejar en manos del Tribunal Constitucional una interpretación sobre derechos políticos.
Si Morales renuncia al cargo asumiría la presidencia el vicepresidente del país, Álvaro García Linera, que esta semana adelantó que decidió no ser parte de la fórmula de candidatos del oficialismo para 2019.
Con información de: EFE