El secretario mexicano de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, descartó que haya motivos de preocupación para la ciudadanía por el ajuste a los precios de las gasolinas, ya que al desligarlos de factores tributarios o políticos estos podrán subir o bajar en función del mercado.
Al explicar el cambio en la metodología para la determinación de precios de gasolinas y diésel, anunciado hoy, Meade declaró que el país está pasando "a un esquema en donde se reflejan los diferentes costos de llevar la gasolina de donde la tiene (la empresa estatal) Pemex a las gasolineras".
"Y esto va a ir permitiendo que migremos a un esquema en donde las gasolinas sean verdaderamente un mercado, en donde reflejen de manera puntual no solamente el costo de la molécula sino también el costo de logística", detalló.
De acuerdo con el ministro, esto "permitirá que nos movamos en un esquema de normalidad, que el mercado de las gasolinas en México funcione como funciona en prácticamente todo el resto del mundo".
"Y que vayamos viendo que el precio se ajusta como se ajustan sus costos, y que estos se ajusten hacia arriba o hacia abajo en función de lo que vaya sucediendo en el mercado, fundamentalmente del petróleo, que es el insumo fundamental en el costo de la gasolina", expuso.
Al preguntársele si los ciudadanos deben alarmarse por el ajuste, Meade replicó: "No, porque lo que va a pasar ya es que vamos a divorciar el precio del petróleo de razones tributarias o de razones políticas".
"Y lo que vamos ya a dejar que suceda, como hoy sucede en prácticamente todo el continente, en toda Europa, en toda Asia Pacífico, es que el precio se va a ir moviendo y se puede mover para arriba y se puede mover para abajo", enfatizó.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó hoy que los precios máximos de las gasolinas subirán en el país entre 14 % y 20 % en enero de 2017, un alza anticipada hace unos días por la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y que llega antes de la liberalización de los precios del sector, que comenzará en marzo.
La institución explicó que el incremento responde al aumento en los precios internacionales de los combustibles y no implica ninguna modificación o creación de impuestos.
Los mexicanos reaccionaron de inmediato contra el anuncio. "Se me hace una falta de respeto para los que tenemos carro porque nos dijeron que no iba a subir (el precio de la gasolina) con la reforma energética, pero al parecer nos engañaron otra vez. Ni modo, a aguantarnos", dijo a Efe René, quien trabaja de mensajero y utiliza su auto de cuatro plazas para la labor diaria.
Según este hombre, el tema se complica por la devaluación del peso mexicano frente al dólar y la gran dependencia respecto de la moneda estadounidense.
"Dependemos de nuestro gran papá, Estados Unidos. La alternativa podría ser la bicicleta, medio que no contamina ni hace ruido", consideró.
Con información de EFE