La guerrilla de las Farc tiene un rostro clandestino, que actúa en las ciudades y que pocos conocen, se trata del Movimiento Bolivariano para la Nueva Colombia y del Partido Comunista Clandestino de Colombia (PC3). Son hombres y mujeres dedicados a la instrucción política de las comunidades, sobre los cuales nada se ha dicho durante las negociaciones con el gobierno nacional.
A sus integrantes se les rotula con la palabra “milicianos” y un sector del país, representado por la Procuraduría General de la Nación, está preocupado porque cree que estas estructuras urbanas no se desmovilizarán una vez se firme el acuerdo final entre las partes. Así lo plasmaron en dos artículos, uno institucional y otro firmado por el titular de ese organismo, Alejandro Ordóñez.
“El Acuerdo establece que a las zonas de ubicación de miembros de las Farc solo se desplazaran quienes hacen parte de “misiones, comisiones y unidades tácticas de los Frentes” de la organización, lo que deja por fuera a gran parte del ‘grupo armado organizado’, como son los integrantes de las milicias”, dice el ente de control en su comunicado de prensa.
A su vez, Ordoñez, replicando esos mismos conceptos en una columna de opinión publicada en el diario El Colombiano el pasado 2 de julio, reiteró su preocupación: “No existe ninguna posibilidad de paz si las milicias de las FARC no se desmovilizan. Los colombianos deben tener la garantía de que las FARC se disolverán completamente. Una desmovilización parcial es una falsa desmovilización y una falsa paz”.
A esos cuestionamientos, le salió al paso Félix Antonio Muñoz, alias ‘Pastor Alape’, miembro negociador de las Farc en La Habana. En declaraciones de prensa afirmó: "Hablar de milicias urbanas eso está en la imaginación del Procurador, eso son cosas de los que hoy están llorando porque la guerra está herida y de muerte, entonces están pataleando, aquí el país está es sintonizado con la paz”.
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