La resistencia indígena se activó en Colombia, en medio de acusaciones de que están siendo infiltrados por grupos de izquierda, sin embargo, son estos grupos unidos a los violentos y narcotraficantes quienes han convertido la vida de comunidades enteras en un infierno.
El Político
Centenares de personas de Bogotá (capital) recibieron este domingo con pancartas y aplausos a la minga indígena que exige un debate político con el presidente de Colombia, Iván Duque, para abordar temas cruciales como garantías a la vida, respeto al territorio y reivindicación de derechos fundamentales.
Los cerca de 8.000 indígenas llegaron a la capital en medio de aplausos y arengas por la población. Los indígenas se albergarán en el Palacio de Deportes y se espera que el próximo lunes se movilicen hasta la histórica Plaza de Bolívar para que el presidente Duque atiende sus peticiones
En horas de la mañana y desde el Palacio de los Deportes, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en compañía de los secretarios de Gobierno, Seguridad y Salud, explicó los protocolos para recibir y garantizar la movilización pacífica de la Minga. La alcaldesa advirtió que el conflicto entre el Gobierno y la minga «afecta» el funcionamiento de la ciudad.
Los grupos originarios tienen que arriesgar su vida por defender sus tierras, pues se trata de una región azotada por grupos criminales y del narcotráfico, que se disputan el control de los territorios abandonados por la exguerrilla de las FARC.
Cansados de la violencia en sus territorios, al menos 5.000 indígenas emprendieron su marcha hacia Bogotá desde el Cauca, en el suroeste de Colombia, que alberga la mayor población indígena del país.
Según el Censo de 2019, allí hay más de 308.000 indígenas y es el segundo departamento con mayor población originaria del país. De acuerdo con el Consejo Regional Indígena del Cauca, estos pertenecen a ocho grupos étnicos y viven en 26 de sus 39 municipios.
Mas importa la vida que el dinero
El ministerio del Interior recordó al Gobierno que le ha entregado a la minga inversiones prometidas por unos 89 millones de dólares entre 2019 y 2020, pero los indígenas insisten en que más allá del dinero, piden garantías para su vida.
Tras su paso por municipios aledaños a Bogotá, el senador indígena Feliciano Valencia, agradeció la solidaridad de la población, «mil gracias Fusagasuga por la acogida, partimos en estos momentos a Soacha donde nos esperan jóvenes y las madres de Soacha victimas de los falsos positivos», agregó.
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