Miles de manifestantes marcharon hacia el Capitolio de Estados Unidos en Washington este miércoles 24 de julio en rechazo al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien pidió a los congresistas estadounidenses apoyo constante en su lucha contra Hamás.
Una multitud con banderas palestinas y pancartas se congregó cerca del Capitolio, donde se registraron choques con la policía, que disparó gas pimienta para dispersar la protesta que pedía un cese el fuego en Gaza tras nueve meses de guerra y la detención de Netanyahu, sobre el que pesa una orden de arresto de la Corte Penal Internacional.
Algunos carteles citaban versículos de la Biblia como “Busca la paz y persíguela” y otros simulaban avisos de recompensa con fotos de Netanyahu, o pedían su arresto por ser un “criminal de guerra”.
Más tarde, la policía arrestó a varios manifestantes que derribaron tres banderas estadounidenses (para sustituirlas por banderas palestinas) y les prendieron fuego frente a la Union Station, un centro neurálgico de transporte cercano al Capitolio.
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Una escultura con la cara de Netanyahu fue quemada junto a la bandera estadounidense, y reemplazada por la palestina roja, negra y verde.
“Idiotas útiles”
Dentro del Capitolio, Netanyahu pidió al Congreso apoyo continuo por parte de Estados Unidos en la prolongada guerra que se desencadenó por los ataques del movimiento islámico Hamás del 7 de octubre.
“Para que las fuerzas de la civilización triunfen, Estados Unidos e Israel deben permanecer unidos”, dijo Netanyahu, quién fue aplaudido en varias ocasiones por los legisladores presentes.
En un punto, el primer ministro israelí fue abucheado por algunos legisladores demócratas en el recinto cuando se refirió a los manifestantes apostados afuera como “idiotas útiles de Irán”, al que acusa de financiarlos y de suministrar armas y apoyo a Hamás.
Israel ha intensificado en las últimas semanas sus ataques contra la Franja de Gaza, y Netanyahu insiste en que si aumenta la presión militar podrá liberar a los rehenes y derrotar a Hamás.
El 7 de octubre, comandos islamistas de Hamás mataron a 1.197 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes.