La región ha registrado una histórica fuga de capitales hacia Miami, derivado de las políticas económicas impulsadas por regímenes autocráticos como el de Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega o Nicolás Maduro.
El Político
A medida que los principales países de América Latina se desplazan hacia la izquierda como reacción a la creciente desigualdad, el capital sale volando de la región.
¿Por qué es importante?
Los inversores ricos y, cada vez más, los de clase media buscan un plan B en caso de que se produzcan para ellos trastornos económicos y políticos.
Los ciudadanos y las empresas de las cinco mayores economías de la región sacaron de sus países unos US$137.000 millones en 2022, reportó BloombergLinea.
Esta cifra – datos preliminares del Instituto de Finanzas Internacionales, un grupo de instituciones bancarias – es un 41% superior a la de 2021 y la mayor desde 2010.
Aunque nadie sabe adónde va el dinero, entre los destinos más populares se encuentran la República Dominicana, Panamá, España y Estados Unidos.
En detalle
Desde 2020, los inversores mexicanos han gastado más de €700 millones (US$774 millones) en inmuebles y construcción en España.
Los colombianos han comprado hasta 500 propiedades panameñas sólo en los últimos meses.
Los superricos compran propiedades en Nueva York o Madrid, los “ricos ricos” se decantan por Miami y los “sólo ricos” por Panamá o la República Dominicana, afirma Samuel Urrutia, que dirige la unidad para la región de la inmobiliaria Colliers International Group Inc.
Sin embargo, ningún lugar ha notado tanto el impacto como Miami, una ciudad cuya historia y desarrollo están tan entrelazados con sus vecinos del sur que a menudo se la conoce como la capital de Latinoamérica.
En el radar de los mercados
Tras evaluar los principales balances de gigantes tech y de bancos, los inversores se fijan hoy en los datos de inflación y del mercado laboral para ajustar las expectativas de cara a la decisión de la Reserva Federal (Fed) de la próxima semana.
Entre líneas
Cuando un latinoamericano se encuentra en busca de un país para radicarse y encontrar una estabilidad económica, siempre Estados Unidos será una de las primeras opciones, publicó Semana.
Este país ubicado en el norte del continente se ha convertido en el hogar de personas que buscan mejores oportunidades laborales para contribuir a una mejor calidad de vida propia y de sus familias.
En 2020, la población latina en Estados Unidos superó los 59 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente el 62 % procedían de México. La segunda y tercera posición del ranking eran para dos países caribeños, Puerto Rico y Cuba, según el portal de estadística, Statista.
En el caso de la ciudad de Miami, en el estado de la Florida, es la ciudad predilecta para los latinos. Es allí donde se encuentra el equilibrio entre la pluriculturalidad de los latinoamericanos con el estilo de vida y visión de sociedad del pueblo estadounidense.
Según cifras entregadas por el Censo Oficial de Estados Unidos, Miami cuenta con el mayor porcentaje de habitantes de origen hispano, (68,6 % del total).
Otro fenómeno que se ha ido presentando en ciudades como Miami es la inversión que llega desde algunos países de Latinoamérica.
La llegada de gobiernos de izquierda a países como Chile, Argentina, Venezuela, Nicaragua, México y ahora Colombia, viene generando una desconfianza económica local.
Este pánico, agrega Semana, lo que genera es que ciudadanos y empresario extraigan sus ganancias y presupuesto de inversión local, para inyectarlos a una economía de otro país mucho más estable.
De ahí la tendencia a que latinos inviertan ciudades como Miami en propiedades como vivienda, a eso se suman factores como el acceso a crédito hipotecario con entidades financieras estadounidenses, que se han especializado en prestarles a extranjeros y que, pese a que les cobran un poco más que a sus nacionales, prestan mucho más barato que en Colombia: se pueden conseguir tasas entre 5 y 7 %, mientras que acá están entre 10 y 11 %.
En contexto
En México, a los empresarios les preocupa el frecuente desprecio del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia el Estado de derecho y las instituciones independientes, como la agencia electoral del país.
Muchos temen que, cuando se le acabe el dinero para sostener sus programas populistas, comenzará a nacionalizar industrias o a imprimir más dinero.
En Chile, los inversores han estado sacando dinero desde el estallido social de 2019. La fuga de capitales aumentó desde que Gabriel Boric se lanzó a la carrera presidencial en su país.
Bloomberg publicó en 2021 que en Chile la fuga de capitales, según datos del Banco Central, fue de US$8.8 millardos hasta agosto y US$24.3 millardos en los últimos dos años, es decir, nueve por ciento del Producto Interno Bruto anual.
Oppenheimer mencionó que en Colombia muchos empresarios están comprando apartamentos o abriendo cuentas bancarias en Miami para protegerse de posibles políticas anti empresariales de Gustavo Petro. En Perú, la fuga de capitales se disparó desde la elección del presidente izquierdista Pedro Castillo.
Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), un grupo de más de 500 instituciones bancarias, la salida de capitales de latinoamericanos alcanzó US$128 millardos en 2021, un récord en los últimos años. Comparativamente, la región tuvo una salida neta de capitales de US$80 millardos en 2015.
En conclusión
Según el periodista Andrés Oppenheimer, México, Perú, Colombia y Chile son actualmente las principales fuentes de entrada de dinero extranjero a Miami.
Incluso superan a Argentina, Brasil y Venezuela que siempre han figurado en la lista. La nueva ola de fuga de capitales se debe a la inestabilidad política y económica.
Oppenheimer criticó que, en lugar de tratar de atraer inversiones de una economía global repleta de dinero, la mayoría de los políticos latinoamericanos continúan ahuyentando a las inversiones.
Dijo que estos populistas pregonan programas sociales poco realistas que obligan a sus países a imprimir más dinero, generan inflación y aumentan la pobreza.
Agregó que China y Vietnam son países comunistas, pero al igual que países de economías abiertas como Taiwán o Singapur, han atraído inversiones. Y a todos ellos les ha ido mucho mejor que a los países latinoamericanos.