El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, propuso que para acabar con la violencia en Guerrero, y en el país, se lleve a cabo una profunda depuración en los tres niveles de gobierno, el Ejército Mexicano, y las corporaciones policíacas, y sobre todo, en la clase política "que es donde se ha infiltrado la delincuencia organizada".
Además, en conferencia de prensa, reiteró su planteamiento de iniciar un proceso de diálogo con los grupos de la delincuencia organizada.
En entrevista en esta capital señaló que “cada obispo es responsable de su declaraciones. Es cierto que la violencia está aumentando cada día, y es una desgracia que la violencia esté aumentando en Iguala, Chilpancingo, o Acapulco, y Chilapa, tenemos que hacer algo definitivamente”.
Reconoció que la iglesia ha propuesto el diálogo con los dirigentes de las organizaciones delictivas y añadió que “hay muchos infiltrados en la inteligencia (militar)”.
El obispo insistió en que se debe multiplicar la inteligencia “hay corrupción, yo creo que, en México, hay un plano de delincuencia en donde se pueden atender.
“Yo insisto que se tiene que dialogar con quien sea, y los gobiernos no pueden transgredir lo acorado”, agregó.
Recalcó que “a nivel de Guerrero, los cuatro obispos buscaran la paz con misericordia, el problema es la rivalidad entre los grupos de narcotraficantes, y el gobierno estatal sabe quién está provocando todo esto”.
Reiteró que la política está infiltrada, “la única arma que tenemos es el voto, y darle a estos políticos corruptos un voto de castigo”, concluyó.
Con información de La Jornada