La narcoviolencia se apodera de Ciudad Juárez. El primero de enero, un grupo armado asaltó una prisión, liberando a 25 reos y cobrándose la vida de 19 personas.
El Político
Ciudad Juárez es una de las urbes más violentas del mundo. El "sistema penitenciario mexicano es altamente ineficiente, no ha logrado la reinserción de los reos", sostiene Víctor Sánchez, investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, reportó DW.
Asimismo, agrega, "las cárceles mexicanas son focos de delincuencia, en muchas se vive el autogobierno, donde las bandas criminales se adueñan de pabellones completos de las prisiones".
¿Por qué es importante?
Sánche explica que el cártel de Juárez y el cártel de Sinaloa se disputan el control de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua.
Agrega que a medida que fue escalando la cantidad de muertos en ambos lados, las organizaciones criminales comenzaron a reforzarse con pandillas urbanas, sobre todo de El Paso, ciudad fronteriza de Estados Unidos.
Los Mexicles, una de las bandas reclutadas por el cártel de Sinaloa, organizó la fuga en el penal Cereso 3, liberando a su joven líder, Ernesto Piñón, alias "El Neto", que había sido sentenciado a 224 años de cárcel por secuestro y homicidio.
"La guerra la iba ganando el cártel de Sinaloa", pero, "en los últimos tres años se sumó un nuevo actor: el Cártel Jalisco Nueva Generación", que apoya al cártel de Juárez, señala el académico.
Los crímenes y asesinatos han vuelto a aumentar en Ciudad Juárez, producto de esta nueva alianza y los reajustes de poder. Tras la liberación de "El Neto", Sánchez teme un recrudecimiento de la violencia en la región.
El estudio denominado "Narcoviolencia y ciencias sociales: lo que miramos, lo que interpretamos" revela que el fenómeno de la violencia en contextos en donde el narcotráfico está presente ha generado también formas de ejercicio político, religioso y cultural bajo nuevas lógicas.
El informe ha motivado a los investigadores a reflexionar sobre hechos como las desapariciones forzadas, los secuestros y las torturas se han convertido en parte de la vida cotidiana de miles de ciudadanos.
En contexto
El analista en materia de seguridad, Eduardo Guerrero, sostiene que el aumento de la migración ilegal, es otro factor que ha fortalecido a los grupos criminales en los últimos dos años. "El mercado de tráfico y trata de personas ha hecho más prósperas a varias organizaciones", dice a DW.
Los Mexicles, una pandilla activa desde hace alrededor de tres décadas, tiene entre 3.000 y 4.000 miembros, explica el entrevistado, director de la plataforma digital Lantia Intelligence.
"Muchos tienen la nacionalidad mexicana y estadounidense, y se pueden mover fácilmente entre ambos países. Compran armas en EEUU, y cuando los persiguen en México, se esconden en Estados Unidos. Las pandillas han crecido y se han vuelto muy violentas en la última década, son muy sofisticadas, con capacidad de inteligencia y de contrainteligencia", asegura.
En conclusión
Según Guerrero, el aumento de la migración ilegal ha ido de la mano de una mala gestión en materia de seguridad de los últimos dos gobernadores de Chihuahua: Javier Corral y Maru Campos.
Ciudad Juárez es actualmente la segunda ciudad más violenta del país, después de Tijuana, con un promedio de 80 homicidios vinculados al crimen organizado por mes.
"No recuerdo un evento donde hayan muerto tantos custodios en México, el asalto al penal fue muy sangriento, y muestra el deterioro de las condiciones de seguridad en Ciudad Juárez", dice el experto en seguridad.
Víctor Sánchez agrega que la ciudad fronteriza ejemplifica el fracaso de las tres últimas administraciones presidenciales en la contención de la violencia originada por el crimen organizado.
"Estamos hablando de una situación de inseguridad crónica en Ciudad Juárez, una ciudad que a lo largo de diez años ha estado en una situación parecida a un espacio de guerra", dice el experto de la Universidad Autónoma de Coahuila. "Hay más probabilidades de estar en un fuego cruzado en Ciudad Juárez que en una ciudad ucraniana en guerra", sentencia.
Lo cierto es que la estrategia armada que emprendió el gobierno mexicano para enfrentar al narcotráfico ha tenido como consecuencia la fractura del tejido social del país.
En la violencia de hoy se entreteje la imposición de la autoridad en las relaciones familiares, laborales y sociales.
No se trata de una sola violencia, sino de violencias acumuladas y densamente articuladas.
No obstante, varias de las muertes violentas han tenido que ver con la desigualdad social, la falta de políticas sociales eficientes y la ambigua acción del Estado en la defensa de sus ciudadanos.