El Gobierno de México pidió a Israel revertir una ley de regularización de colonias judías construidas sobre propiedad privada palestina en Cisjordania e iniciar "negociaciones directas" para hallar una solución al conflicto israelí-palestino.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México lamentó en un comunicado que el Parlamento de Israel aprobara dicha ley el lunes, y destacó que "la expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Oriental representa un obstáculo mayor al proceso de paz".
Dicho proceso "debe encontrar una solución integral fundada en la existencia de dos Estados, Israel y Palestina, económicamente viables, que convivan en paz y seguridad y con fronteras reconocidas internacionalmente", afirmó.
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Por ello, la Cancillería mexicana llamó "al Gobierno de Israel a revertir esta decisión y a actuar de conformidad con las resoluciones pertinentes de la Organización de las Naciones Unidas", particularmente la 2334 emitida en diciembre pasado por el Consejo de Seguridad.
De acuerdo con esa resolución, todos los asentamientos en los territorios palestinos ocupados son ilegales, independientemente de su categoría en la ley local.
El Gobierno mexicano refrendó su apoyo a una solución justa, duradera e integral al conflicto israelí-palestino, y exhortó a las partes a "comenzar negociaciones directas cuanto antes y sin precondiciones, con el apoyo de la comunidad internacional".
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La nueva ley permitirá la legalización retroactiva de unas 4.000 casas construidas en más de 50 asentamientos en tierras privadas palestinas en el territorio ocupado de Cisjordania mediante la nacionalización de los terrenos a cambio de una compensación económica.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, aseguró que "esa ley es contraria al derecho internacional", ya que "autoriza el robo de tierras en beneficio de los colonos", y resaltó que trabajará con tribunales internacionales para preservar sus tierras.
"No aceptamos las últimas declaraciones del Gobierno israelí sobre la construcción de miles de alojamientos en nuestras tierras ocupadas desde 1967. Es una agresión", dijo tras reunirse en París con el presidente francés, François Hollande.
Con información de EFE