Unas 300 personas se manifestaron en Ciudad de México para exigir un alto a las agresiones contra los periodistas, tras el asesinato de una reportera esta semana que elevó a tres la cifra de comunicadores muertos violentamente este año en el país.
Bajo el lema "No se mata la verdad matando periodistas" y gritando sin cesar "¡justicia, justicia!", la multitud marchó desde el Angel de la Independencia hacia la sede de la fiscalía general, en el turístico Paseo de la Reforma.
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"Los periodistas más expuestos y frágiles son nuestros colegas de los estados", dijo Arturo Cano, del diario La Jornada y del que era corresponsal la reportera Miroslava Breach Velducea, quien fue encontrada sin vida el jueves en el interior de su vehículo con múltiples impactos de bala en la cabeza.
"Los periodistas no pedimos un trato de excepción, sabemos que hay miles de familias que lloran a sus muertos y desaparecidos (por la ola de violencia ligada al narcotráfico) solamente pedimos que se tenga en cuenta que cuando se agrede a uno de nosotros (…) se atenta contra el derecho de la sociedad a estar informada", añadió Cano.
Ante la fiscalía, manifestantes colocaron varias páginas de La Jornada manchadas de tinta roja y a un lado, tirado en el suelo, un hombre con rostro cubierto por una máscara de un cráneo y con cámaras a un lado.
Los manifestantes exigieron a la fiscalía especializada para la atención a delitos contra periodistas que brinde protección a los comunicadores amenazados y persiga a los responsables de los ataques. De 802 casos investigados, en solo dos ha habido castigo para los atacantes.
"Esta fiscalía pide que el periodista demuestre que realmente está amenazado, y la mejor manera de demostrarlo para ellos es que los maten", denunció el periodista Témoris Grecko al recordar que dos comunicadores asesinados recientemente estaban bajo un mecanismo de protección de la fiscalía.
Con la muerte de Breach, en marzo suman tres periodistas asesinados en México: Ricardo Monlui Cabrera, ultimado cuando salía acompañado de su esposa y de su hijo, de un restaurante en el estado de Veracruz (este), y Cecilio Pineda, baleado en el sureño estado de Guerrero.
En diciembre, otro reportero, Jesús Adrián Rodríguez, había sido baleado frente a su domicilio en Chihuahua (norte).
A principios de febrero, la organización Reporteros sin Fronteras denunció que México es el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo, con 99 comunicadores asesinados de 2000 a 2016.
Los periodistas a menudo son blanco del crimen organizado, aunque también se ha señalado como probables responsables de agresiones y asesinatos a autoridades locales.
AFP