Decenas de miles de trabajadores marcharon hoy en México para reclamar más derechos laborales y lanzaron fuertes críticas al discurso oficialista que, en un acto paralelo, destacó que "los buenos datos de empleo" son un reflejo de la fortaleza de la nación frente a desafíos exteriores.
"Se ha de mejorar el salario, las prestaciones, y mejorar la calidad de vida. Siempre hemos pensado como sindicato que un trabajador bien pagado no tiene porque caer en corrupciones", dijo a Efe Efrén Rodríguez, miembro del Sindicato de Telefonistas de la República mexicana.
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Rodríguez era uno de los miles de trabajadores que protestaron este Día del Trabajo en el zócalo capitalino de la Ciudad de México, donde se congregaron las principales uniones del país.
Entre estas, la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) o el Sindicato de Trabajo de Transporte de Pasajeros del Distrito Federal (STTP).
Rosalba Yebra, del STTP, consideró que no hay "ningún progreso" para el trabajador en México, pues los patrones sigue tratando al empleado como "un robot sin sentimiento", y a ello se le suma la poca fuerza que tiene el movimiento sindical.
"Es la peor crisis que México ha sufrido, y en realidad son pocas las personas que tenemos un trabajo con un contrato colectivo", lamentó la mujer, quien dijo que la subida de los precios de las gasolinas, de entre un 14 % y un 20 % en enero, había impactado su sector.
En este mismo sentido se pronunció Alberto Barrios, de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (UNTyPP), quien exigió que se "revalorizara el trabajo" y se luchara contra una "economía especulativa" y las "medidas" de Donald Trump "contra el pueblo de México".
Recordó que el salario mínimo, de 80,04 pesos diarios (unos 4,25 dólares), es uno de los más bajos del mundo, lo que hace que, comparativamente, el precio de la gasolina sea también "el más caro del mundo".
Todo ello impacta en la inflación, del 5,35 % interanual en marzo, y repercute negativamente en la canasta básica, agregó.
En un comunicado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) pidió hoy al Estado mexicano "orientar esfuerzos para que haya una sociedad más justa, en la que trabajo y dignidad humana sena el mismo concepto".
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Desde la residencia oficial de Los Pinos, cobijado por sindicatos afines, funcionarios y trabajadores, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, presentó un escenario radicalmente distinto del que se exigía a gritos en las calles.
Relacionó los excelentes datos de empleo, con una tasa de desocupación del 3,2 % en marzo -la más baja en una década- con la fortaleza del país este primer cuatrimestre marcado por la incertidumbre generada por el arribo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, país donde México dirige el 80 % de sus exportaciones.
"Los trabajadores muestran su inquebrantable compromiso con el desarrollo nacional", aseguró Peña Nieto, que dijo que hoy la nación es vista como "fuerte y decidida" tras un inicio de año que ha sido "una de las mayores pruebas" que el país ha enfrentado.
Acerca de la informalidad, que afecta a casi seis de cada diez trabajadores mexicanos, el mandatario destacó positivamente que se ha pasado de 16,2 millones de empleos registrados al seguros social en el inicio de su administración a fines de 2012 a 19 millones, con la meta de lograr al menos 20 millones para 2018.
Hay que "hacer del empleo el mejor indicador del crecimiento de México y la estabilidad de las familias", aseveró.
Alrededor de las 13.00 hora local (18.00 GMT) buena parte de los congregados en la Plaza de la Constitución de la capital se dispersaron, mientras que otros contingentes siguieron protestando en distintos puntos de la ciudad, sin que se registraron incidentes mayores.
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Frente a la Embajada de Estados Unidos, en el céntrico Paseo de la Reforma, quemaron una bandera de los Estados Unidos y una piñata con el rostro de Trump, sin que el incidente pasara a mayores.
Hubo protestas en buena parte del país, pero la gran mayoría fueron pacíficas. Se reportaron algunos altercados en Chiapas, cuando presuntos estudiantes de una escuela Normal -que forma a maestros- destruyeron varios vehículos y pintaron la fachada de un edificio.
EFE