Las elecciones en Brasil no escapan de la tiranía de las fake news o noticias falsas, gracias a la indiferencia de Meta y YouTube.
Gustavo Márquez / El Político
La manipulación de información es una práctica habitual en las campañas electorales. Es un hábito que han tomado prestado de las campañas publicitarias y de mercadeo. Esto lo hacen para alimentar falsas matrices de opinión.
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Que un adversario político "hable sapos y culebras" de su contrincante es más común cada día. Que exagere sobre sus objetivos electorales, o que se descalifiquen los logros de un candidato que busca una reelección, también son hábitos de los estrategas electorales.
Pero estas prácticas, además de confundir, pueden poner en tela de juicio la integridad del proceso electoral propiamente dicho.
#Brasil: Bolsonaro utiliza información falsa para levantar sospechas sobre el proceso electoral. via @desinformantebr https://t.co/stOZLdBPA7 pic.twitter.com/npUxWK59si
— Derechos Digitales (@derechosdigital) July 20, 2022
Dos gigantes que no honran sus compromisos
Meta Platforms, Inc., la empresa de Mark Zuckerberg que controla a Facebook y a Instagram, no ayudan a la divulgación de información de valor, relacionada con la campaña electoral en Brasil, de cara a las elecciones generales del próximo domingo 2 de octubre.
El mismo comportamiento lo ha tenido YouTube, perteneciente a Google, pues esta plataforma, que acostumbra penalizar cualquier infracción, no ha actuado para detener la publicación de falsas informaciones, sobre las elecciones en Brasil.
Amabas empresas se habían comprometido para tomar medidas contra las falsas narrativas electorales. Sin embargo no han cumplido con las reglas de juego. Han dejado correr la arruga, y han permitido que las falsas matrices de opinión enturbien la atmósfera electoral que se respira en Brasil.
#FakeNews Redes sociales y mensajería fueron determinantes para el triunfo de Bolsonaro. Un estudio de cien mil mensajes de WhatsApp de contenido electoral compartidos en Brasil determinó que más de la mitad tenía información engañosa o falsa. https://t.co/QEpY8mSfHN pic.twitter.com/8PAYyjdaP8
— Paulina Mogrovejo (@pauli_mogrovejo) October 30, 2018
Poniendo la lupa sobre la campaña
En este sentido, la organización global de defensa, SumOfUs, hizo una investigación a propósito de las elecciones en Brasil. Revisaron miles de publicaciones, propagandas y videos en diferentes redes sociales.
Es su búsqueda los investigadores se encontraron con: “un ecosistema de contenido que busca socavar el proceso electoral”, según sus propias palabras, plasmadas en el informe.
En la investigación, además, se detectaron 56 piezas de propaganda para generar desinformación, de las cuales se hicieron 3 millones de copias impresas, para repartir.
?? | ¿Bolsonaro machista, misógino? Estuvimos por el interior de São Paulo derribando las fake news de la izquierda.
Este domingo son las elecciones más importantes en Brasil: Cobertura completa en https://t.co/PDWLCkwgIx pic.twitter.com/K7UlkTjp4a
— La Derecha Diario (@laderechadiario) September 27, 2022
Ejemplos concretos
Las campañas de desinformación política detectadas en Brasil, donde Meta y YouTube no hicieron nada por evitarlo, evidenciaron expresiones sin fundamento o base real, sobre urnas electorales electrónicas. También fue atacada la credibilidad e integridad de algunas instituciones supervisoras o árbitros de las elecciones. Pero más aun, estimularon disturbios civiles, frente al posible escenario de un resultado electoral desfavorable.
Otro dato relevante de la investigación indica que la inteligencia artificial de Meta no fue capaz de identificar y suprimir los videos con desinformación electoral, publicados en portugués.
Existe otro informe sobre una evaluación de contenidos en Meta, Twitter, YouTube y TikTok, donde se pone en evidencia que esas empresas poseen políticas débiles sobre la desinformación. Pero para el caso de las elecciones intermedias de Estados Unidos. La investigación fue realizada por el Centro Stern para Empresas y Derechos Humanos de la Universidad de Nueva York.
