A raíz de la guerra entre Ucrania y la Federación Rusa, aunado a las sanciones económicas y financieras contra la nación euroasiática, los países de Europa se han visto en la necesidad de explorar nuevos mercados para abastecerse de gas y petróleo, pero el mercado no está nada fácil.
Mario Beroes/El Político
Rusia, al borde del default, y con un cerco económico importante, ve reducido su caudal de ingresos, producto de no poder colocar ni el gas ni el petróleo que produce.
El mercado latinoamericano es poco, pequeño y queda lejos, mucho más en tiempos de guerra y sanciones económicas. Solo China pareciera salir a comprar "toda la producción", según se especula habría prometido el presidente Xi Yiping.
Sin embargo, el economista y Premio Nobel 2001, Joseph Stiglitz, considera que "la capacidad de Rusia para hacer la guerra, se está viendo alterada por las repercusiones de las sanciones sobre su economía".
Quien fuese asesor económico del presidente de los EEUU, Bill Clinton, habló en una conferencia sobre el futuro de Europa. La AFP destaca que en su opinión "se han perdido importantes cantidades de equipo militar, que Rusia tienen que remplazar. ¿Pero tienen la capacidad industrial y financiera? Es discutible”.
Rapidez: Punto a favor
Uno de los principales elementos del éxito potencial de las sanciones es “la rapidez con que fueron impuestas”.
“Si las sanciones se aplican gradualmente, los rusos pueden adaptarse. Sin embargo, considera difícil saber si el impacto de las sanciones en la población rusa y los oligarcas podría empujar a Vladimir Putin a flexibilizar su posición respecto a Ucrania y el conflicto que él inició".
“Hay tanta propaganda de desinformación, que los ciudadanos rusos acusan a Occidente y no a Putin de las sanciones que sufren, como restricciones a importaciones, salida de algunas empresas extranjeras o devaluación del rublo".
-Los europeos deben dejar de comprar gas y petróleo a los rusos ya que eso facilita al régimen de Putín financiar su guerra en Ucrania".
Compartir la carga ¿es posible?
Según él, el impacto “podría ser compensado compartiendo la carga” entre las naciones europeas más o menos dependientes del gas ruso.
La Unión Europea descarta por ahora dejar de comprar gas y petróleo ruso, una medida que ya tomó la administración Biden en Estados Unidos.
Algunos países, como Alemania o los Estados bálticos, que importan más de la mitad de su gas de Rusia, no tienen una alternativa a corto plazo.
Europa y Estados Unidos podrían hacer “una enorme presión sobre Arabia Saudita, Abu Dabi o los Emiratos Árabes Unidos y aligerar las sanciones contra Irán y Venezuela para obtener suministros de petróleo” suplementarios, dice el economista, aunque esto último, por lo menos en el caso de Venezuela, ha sido descartado por la misma administración Biden.
También, consideró que Europa y Estados Unidos deben “hacer lo que puedan para proteger a los países y a los individuos, que son los más afectados” por las sanciones en su propio territorio.
China
El exconsejero económico del expresidente estadounidense Bill Clinton dijo antes, en la conferencia, que la posición de China será también crucial para garantizar la eficacia de las sanciones.
El apoyo de China a Rusia preocupa a Estados Unidos.
La Casa Blanca afirmó que “señaló claramente a China que no nos quedaremos sin hacer nada”, si un país suministra asistencia a Rusia.
Por su parte, China afirmó que no quiere “verse afectada por las sanciones”, a las que “se opone”.
En el contexto de las sanciones y la aceleración de la inflación, en particular de los precios de la energía y de las materias primas, por la guerra en Ucrania, el premio Nobel de economía 2001 considera “desproporcionada” la preocupación, pues considera que ese fenómeno de alza de precios será temporal.
“Desde un punto de vista político, es un problema”, dijo. Pero “no hay ninguna razón económica que justifique preocuparse por un nivel de inflación de 5 o 6%, e incluso 7 u 8%.”