En la vida hay reiteraciones que son necesarias. La historia de Yousef Palani, el joven musulmán que fue condenado a una vida en prisión, es, sin duda, una de ellas.
El Político
Palani, de ascendencia kurda, pero practicante del Islam, radicalizó tanto sus creencias que hizo de su fe una razón para matar.
El hombre, de 23 años de edad, logró generar un clima de terror en Sligo, uno de los conos urbanos más importantes del noreste de Irlanda.
Convencido de que la homosexualidad es “haram” (“aquello que está prohibido”, en árabe), Yousef hizo “justicia” por cuenta propia.
Como quien intenta limpiar el mundo de “impuros”, el joven kurdo recurrió a prácticas extremistas.
Para empezar, Palani descargó una aplicación creada para poner en contacto a personas que se sienten atraídas por individuos de su propio sexo.
Más tarde – y apelando al engaño – se hizo pasar por miembro de la comunidad LGBTIQ+.
Todo ello le permitió establecer vínculos con miembros de la colectividad homosexual que hace vida en Sligo.
Yousef Palani contactó a tres de esas personas. Don, sin embargo, fueron las que llevaron la peor parte.
Se trató de dos hombres abiertamente gais. Sin ponerlo en duda por un minuto, el extremista los convirtió en sus víctimas.
Los sujetos, a los que conoció en persona, terminaron cruelmente asesinados. En ocasiones distintas, el victimario se citó con sus “presas”.
A cada una les visitó en sus residencias y, una vez allí, procedió a acuchillarles hasta la muerte.
Más tarde, en una exhibición de total crueldad, el joven musulmán procedió a mutilarlos.
La poca piedad con la que actuó el agresor ocasionó conmoción en las autoridades y, por supuesto, en la ciudadanía.
Palani cometió sus fechorías por cuatro jornadas consecutivas, hasta que fue ubicado y detenido por oficiales de la policía.
Su cacería llevó a los agentes de ese cuerpo de seguridad a efectuar redadas en las viviendas de distintos hombres homosexuales.
Luego de ser llevado a juicio, el musulmán radicalizado no dudó en admitir sus delitos. Lo hizo sin pudor alguno, sin atisbo de cargo de conciencia.
Al leer su fallo, Mary Ellen Ring, la magistrada que llevó el caso, aseguró que Yousef Palani actuó con una “violencia indescriptible”.
La togada, que dio a conocer su sentencia el 23 de octubre de este año, también dijo que, en aquella sala de juicio, “la vergüenza (…) la soportaba una sola persona”.
Aunque ha pasado más de un mes del dictamen, la afirmación es (y será) vigente, pues Palani encarna la vergüenza humana del extremismo islámico.