A pocos meses de las elecciones legislativas de octubre, que definirán el panorama político de la Argentina, un dato relevante surge de la actual conformación del Congreso: al menos 104 representantes no poseen título universitario.
Todas las orientaciones políticas tienen como mínimo dos legisladores sin carrera de grado y, de acuerdo con el número de bancas de cada una, la izquierda, el massismo y aliados son los que tienen la menor cantidad de parlamentarios universitarios. Mientras que Cambiemos (Mauricio Macri) es la coalición con más títulos: el 76% de los que ocupan bancas poseen una carrera de grado.
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Los datos surgen de información recolectada por la fundación Directorio Legislativo y que el diario La Nación DATA clasificó y analizó a través de consultas particulares a los diputados y senadores. En total, se obtuvo que de las 257 personas que conforman la Cámara baja, 87 no tienen título y sólo 17 de los 72 miembros de la Cámara de Senadores no completaron una carrera de grado. Esto significa que casi un tercio de los encargados en representar a la ciudadanía desde el Poder Legislativo no se prepararon con estudios universitarios.
En la Constitución nacional no aparece como requisito ser profesional para ocupar una banca en el Congreso. Sin embargo, el politólogo Ignacio Labaqui opinó: "Obviamente suma tener un título… Depende de cuál sea ese título, dada la temática que maneja el Congreso". Y agregó: "Alguien que no tiene título puede ser buen representante con buenos asesores".
Entre los legisladores sin formación universitaria se destacan los camporistas Máximo Kirchner y Andrés Larroque, los sindicalistas Facundo Moyano y Néstor Pitrola, y aquellos que se dedicaron al deporte durante su juventud, como Carlos Reutemann, Héctor Baldassi, Agustín Calleri y Carlos Heller.
Sobre lo analizado, Diana Conti, diputada y abogada de la UBA por el Frente para la Victoria, dijo que: "No es imprescindible tener un título para ser representante del pueblo o de una provincia porque el saber académico que pudiera requerirse uno lo suple a través de asesores o a través del Instituto Legislativo de Capacitación Permanente". "Lo fundamental para ser elegido es el voto popular que te da esa representación", remarcó la parlamentaria.
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En contraste con lo que sucede en el empleo público, donde por decreto las personas que poseen título universitario reciben una retribución adicional, en el Congreso no existe tal diferencia. Todos los diputados y senadores reciben una misma dieta. Al respecto, Labaqui manifestó: "Son funciones distintas. En el caso del empleado público porque se supone que la meritocracia hace a la burocracia. Sería ilegal en el Congreso".
Por su parte, la líder de la CC-ARI, Elisa Carrió, expresó disconformidad con que en el Congreso no exista tal diferencia salarial: "Un diputado nacional no cobra antigüedad, no cobra aguinaldo, no cobra título, a mí me da mucha bronca". "Uno termina siendo un diputado que tiene especialización, que tiene años de antigüedad (…) Y gano lo mismo que aquel que no tiene especialidad, que no tiene título", reprochó la aliada de Cambiemos.
Con información de La Nación de Argentina