El fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que eliminó la garantía constitucional del derecho al aborto fue una gran victoria para el conservadurismo en ese país. En cambio, para el gobernante Partido Demócrata y sus seguidores, muy preponderantemente favorables al aborto, fue un golpe duro.
Alejandro Armas/El Político
Sucedió además en el contexto de una larga retahíla de reveses que socavaron considerablemente la popularidad del presidente Joe Biden y su partido. Mientras, se acercan unas elecciones legislativas en las que los demócratas pudieran perder sus mayorías en una o ambas cámaras del Congreso.
Pero la semana pasada, al oficialismo recibió una noticia alentadora, relacionada con el aborto y su futuro electoral, de un sitio muy inesperado. Veamos.
Sorpresa azul en un Mar Rojo
Kansas, en el corazón de los Estados Unidos, es uno de los más conservadores del país. En las elecciones presidenciales de 2020, 62% de quienes votaron lo hicieron por el entonces presidente Donald Trump.
Pero es en ese mismo estado donde el movimiento pro aborto acaba de obtener un triunfo importante. Kansas tenía, en su Constitución, su propia garantía del derecho al aborto. Los republicanos impulsaron una enmienda que eliminaría ese aspecto de la Carta Magna regional. Ello como parte de las medidas restrictivas o prohibitivas que elementos conservadores han impulsado en varios estados tras el fallo de la Corte Suprema.
La enmienda fue sometida a consulta popular la semana pasada. Sorprendentemente, una mayoría sólida de los participantes (59%) la rechazó. El derecho al aborto quedó así consagrado en Kansas, mientras que en buena parte del país, sobre todo en estados conservadores, desaparece.
Varias encuestas ya habían indicado que la mayoría de los estadounidenses apoya el derecho al aborto, con ciertas limitaciones. El resultado de la consulta en un estado tan conservador como Kansas demuestra que ese apoyo existe y que incluso trasciende barreras ideológicas.
Limitaciones
Tan pronto como se conoció la sentencia de la Corte Suprema, los demócratas sonaron las alarmas. Su mensaje era que las fuerzas conservadoras se excedieron de forma inaceptable, y que votar por republicanos en las parlamentarias de noviembre sería recompensarlas y alentarlas. El resultado de Kansas supone que, tal vez, no caerá en oídos sordos.
El resultado de la votación en el estado supone que las restricciones draconianas al aborto son rechazadas por un buen número de votantes independientes, e incluso por algunos republicanos. De manera que si el Partido Republicano insiste con esa agenda, ello pudiera restarle apoyo.
Pero restar apoyo no necesariamente significa restar votos. Se debe tener en cuenta que el aborto es solo una de los asuntos de alto interés político en Estados Unidos. Y según los estudios de opinión, dista bastante de ser el principal, puesto que corresponde a la inflación y otros problemas económicos.
Un votante republicano o independiente descontento por el fallo de la Corte Suprema y que votó en contra de la enmienda de Kansas no necesariamente lo hará más adelante por un candidato demócrata al Congreso. Ni por un abanderado presidencial de ese partido. En su decisión habrá muchos otros factores que intervengan, muy probablemente con mayor peso.