Tras la caída del breve gobierno de Liz Truss en el Reino Unido, el Partido Conservador, detentor de la mayoría parlamentaria, se apresuró a buscar un nuevo líder que asuma como primer ministro. Hubo varios aspirantes, incluyendo al predecesor de Truss, Boris Johnson.
Alejandro Armas/El Político
Pero en poco tiempo, todos menos uno se retiraron, allanando el camino al ex ministro de Hacienda Rishi Sunak. De esta forma, el conservador de 42 años, hijo de inmigrantes de la India, se convierte en el primera persona no blanca en asumir el cargo de primer ministro.
¿Quién es él? ¿Qué retos le esperan en medio de la convulsionada política británica contemporánea? Veamos.
De los negocios a la política
La trayectoria educativa y profesional de Sunak se ajusta fácilmente al perfil de las elites políticas y económicas británicas. Se graduó del programa interdisciplinario de Filosofía, Política y Economía de la Universidad de Oxford y después trabajó para gigantes del mundo financiero, como Goldman Sachs. Gracias a eso, pudo labrarse una fortuna personal inmensa.
Fue electo al Parlamento británico en 2015, en el apogeo de un período de dominio conservador de la política nacional. Al año siguiente, apoyó la opción de salida en el referéndum sobre la permanencia de su país en la Unión Europea, al igual que Boris Johnson.
En 2020, poco después de que este último liderara a los conservadores a una victoria electoral aplastante, Sunak se unió a su gobierno como ministro de Hacienda. Pero cuando dicho gobierno fue sacudido por varios escándalos, Sunak dimitió. Su renuncia fue parte de una deserción de varios ministros para precipitar la caída de Johnson, lo cual lograron.
Sunak de inmediato ingresó a la contienda por reemplazar a su antiguo jefe. Fue el principal rival de Truss, a quien criticó su programa económico de recortes de impuestos por considerarlo inviable en medio del delicado estado actual de la economía británica. Derrotado entonces, ahora Sunak, luego de que la política fiscal de Truss efectivamente fuera un desastre que la llevara a dimitir, asciende a la cima con un "Se los dije".
Mares tormentosos
Pero el nuevo líder del Reino Unido no debería asumir su nuevo cargo con exceso de confianza, como hicieron sus predecesores. La situación es harto delicada. La economía británica aún lidia con las secuelas de la pandemia de covid-19 y los efectos de la invasión rusa de Ucrania. Mientras que en septiembre de 2021 la inflación anualizada fue de 3,1%, el mes pasado fue de 10,1%. Para abatir este aumento, el gobierno tendrá que tomar medidas que muy probablemente generen una recesión económica.
Sunak parece estar consciente de este problema, pues ha advertido que vienen tiempos difíciles. Pero el descontento social ya está en un punto alto. Y su propio perfil no quizá no ayude. Una de las razones por las que su primer intento por llegar a la cumbre fracasó fue que, para algunos en la base de su partido, Sunak resulta muy elitesco y desconectado de las inquietudes de la ciudadanía común. Es una de las personas más ricas del Reino Unido.
Otra debilidad de Sunak entre sus propios correligionarios es que algunos lo ven con ojeriza por haber sido parte de la maniobra detrás de la caída del gobierno de Johnson. En un Partido Conservador que ha demostrado que no le tiembla el pulso para cambiar rápido de líderes, estas vulnerabilidades pueden ser peligrosas. Sobre todo si a ellas se añade cualquier enfriamiento de la percepción del primer ministro por el público.
El panorama para los conservadores ya es desolador. Las encuestas apuntan a una brecha inmensa en la intención de voto con respecto a la oposición laborista. La ley británica no exige la convocatoria de elecciones antes de 2025. Pero si el malestar social sigue creciendo, la presión para llamar a elecciones adelantadas será igualmente mayor. Tendrá Sunak que cambiar las cosas radicalmente antes de que eso ocurra.