Tres de los cinco rectores principales que componen la dirección del Consejo Nacional Electoral (CNE), ente rector de comicios en Venezuela, renunciaron súbitamente a sus puestos esta semana. Los tres están vinculados al régimen chavista. Quedan los otros dos, que representan a la oposición.
Alejandro Armas/El Político
De esa forma quedó en suspenso el futuro de una institución que históricamente ha fungido como responsable de un sistema electoral diseñado para favorecer totalmente al chavismo. Las interpretaciones sobre el motivo de las renuncias no se hicieron esperar. Las hay para todos los gustos.
Pero con la información disponible, es difícil decir con toda seguridad qué hay detrás de esta decisión abrupta y qué sigue. Solo se puede hablar de escenarios posibles. A continuación, tres de ellos:
Un premio para los "opositores" aliados
Es el poder legislativo el que designa el directorio del CNE. La Asamblea Nacional electa en 2020 y controlada por el chavismo rápidamente hizo acuso de recibo de las dimisiones. De inmediato designó un comité de postulaciones para llenar las vacantes. De manera que, sea lo que sea que la elite gobernante busque, al parecer quiere obtenerlo con celeridad.
Lo llamativo de la reacción del parlamento es que señaló que planea reemplazar al directorio completo. Es decir, no reparó en que dos rectores no renunciaron. Lo que pudiera venir a continuación es que “los renuncien”, como en Venezuela se le llama a instancias en las que un funcionario es apartado de su cargo forzosamente pero se disimula con una dimisión. La idea es aparentar autonomía institucional, cuando en realidad los cambios son impuestos por la jerarquía chavista.
Ahora bien, ¿por qué el cambio justo ahora? Una hipótesis popular es que el CNE actual es una amenaza para el chavismo. Por muchos años, la oposición estuvo representada por un solo rector. Ahora, como se dijo, cuenta con dos. Pero el poder de ambos para corregir los vicios que benefician al gobierno son nulos. Se limitan a denunciar esos vicios, cosa que ocurría igualmente con un solo rector opositor.
Sin embargo, puede ser que todas formas, por razones caprichosas, el chavismo haya decidido llevar a cabo la alteración. Pudiera querer premiar a los partidos que integran una “oposición” leal al régimen y que colabora activamente con él. De hecho, esos partidos están representados en el comité de postulaciones, por lo que pudieran contar con sus propios rectores en el próximo CNE.
El improbable gesto de buena fe
Una explicación alternativa, y mucho más benigna, es que el gobierno decidió que es momento de tener un CNE que realmente sea árbitro y no su brazo electoral. Que la designación de nuevos rectores sea un proceso acordado con la oposición.
Después de todo, los adversarios del chavismo han exigido por años un ente electoral que sí sea autónomo. Por lo descrito en la sección anterior de este artículo, el CNE actual no los satisface. Y además, en teoría, el chavismo y la oposición están en un proceso de diálogo y negociaciones.
Pero ese proceso está estancado desde el año pasado y no hay señales de que se haya destrabado. Sería una gran sorpresa si el chavismo permite una renovación del CNE como parte del diálogo. Más bien cabría esperar que, de haber intenciones reformistas, empiece por gestos de buena voluntad que no sean cambios tan profundos.
Presunto sabotaje
Otra hipótesis es que lo que inclinó total o parcialmente al chavismo hacia el cambio en la directiva del CNE sea sabotear las primarias presidenciales de la oposición. Por meses, los partidos disidentes han estado discutiendo si esas elecciones internas las gestionan con ayuda técnica del CNE o no.
Justo cuando la Comisión Nacional de Primaria, ente a cargo de organizar los comicios internos, se inclinó por lo primero, trascendieron los anuncios de las renuncias. Algunos interpretaron la coincidencia como señal de que lo que el chavismo se proponía era obstaculizar las primarias al dejar al CNE en suspenso luego de la solicitud de asistencia. Pero los rectores que renunciaron aclararon que permanecerán en su cargos hasta que se les designe un sustituto, por lo que en teoría el ente se mantendrá operando.
De todas formas, no se puede descartar que al cambiar a los rectores actuales por figuras más visiblemente alineadas con el chavismo (se rumora que uno de los reemplazos sería un ex gobernador estadal radicalmente oficialista) habría atizado las disputas en la oposición sobre el papel del CNE.
Pero finalmente la Comisión Nacional de Primaria decidió prescindir del Consejo Nacional Electoral y ejecutar la elección totalmente por cuenta propia. Si el objetivo del chavismo era entonces dinamitar la primaria, no lo ha logrado aún.