Al Partido Popular (PP) español no le ha ido muy bien desde el fin del gobierno de Mariano Rajoy en 2018, en medio de escándalos de corrupción. En las elecciones del año siguiente, sufrió una fuerte caída frente su rival histórico, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Así, se consolidó el gobierno del presidente centroizquierdista Pedro Sánchez.
Alejandro Armas/El Político
Desde entonces, el PP ha atravesado una guerra intestina y tenido que lidiar con el ascenso de Vox como alternativa de derecha. Pero por fin este partido, uno de los dos que han dominado la política española desde la transición democrática de finales de los 70, tuvo un respiro. Fue el claro ganador de los comicios realizados el domingo pasado en Andalucía, región en la que nunca fue muy fuerte.
¿Qué nos dicen estas elecciones regionales sobre la situación política en España? Veamos.
Sorpasso sorpresa
De los 109 escaños en juego en la legislatura andaluza, el PP obtuvo 58. Más del doble de su resultado en las elecciones regionales previas. El PSOE no perdió muchas curules (pasó de 33 a 30), pero le fue arrebatada su posición como la fuerza con mayor volumen en la cámara.
Esto a pesar de que Andalucía ha sido bastión de la centroizquierda desde 1978, cuando entró en vigencia la Constitución española. Siempre tuvo cuanto menos una mayoría simple en la legislatura, y hasta 2019 ocupó el ejecutivo regional. Ese año, el PP logró formar un gobierno minoritario, que ahora sale airoso.
Este es el primer triunfo importante del PP bajo la conducción de Alberto Núñez Feijóo, quien heredó la presidencia del partido apenas en abril pasado. Fue una sucesión un tanto sobrevenida, producto de un amargo conflicto entre el entonces líder partidista Pablo Casado y la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Conflicto que Casado perdió y devino en su renuncia.
La disputa afectó al liderazgo de PP, mostrándolo ante la opinión pública como sectario y más enfocado en cuotas de poder que en hacer oposición al gobierno de Pedro Sánchez. Por ello, este triunfo en una región que nunca le fue muy favorable impresiona. Puede que haya sido consecuencia de elementos coyunturales en la Andalucía actual. Pero si el PP lograra extender esa tendencia al país entero, pondría en problemas a Sánchez en unas elecciones generales que tienen que ser a más tardar a finales de 2023.
Los perdedores
Vox, partido de extrema derecha, fue uno de los derrotados de la jornada, con un desempeño decepcionante. Actualmente es la tercera mayor fuerza política a nivel nacional. Tuvo un crecimiento importante en regiones tan disímiles como Cataluña y Castilla y León. Hace no mucho se discutía la posibilidad de que desplazara al PP como principal organización de la derecha española. Pero en estas elecciones andaluzas, pasó de 14 escaños a 12.
En el extremo opuesto, la ultraizquierda cohesionada en torno a Podemos y sus aliados fue dividida, y también le fue mal. Una de las escisiones obtuvo 5 escaños. La otra, solo 2. En las elecciones anteriores su total combinado fue de 17.
Por último, el partido Ciudadanos continuó con la pésima racha que ha mantenido desde las elecciones generales de 2019. El otrora prometedor partido, vagamente de centroderecha, tenía 21 escaños en la cámara andaluza. Ahora se queda por fuera. Una muestra más de que bajo el liderazgo de Inés Arrimadas no se ha recuperado, luego de que su fundador, Albert Rivera, lo llevara a la debacle.
Por cierto que el mal resultado de Ciudadanos pudiera indicar que los ánimos políticos en Andalucía tal vez sean parecidos a los del resto de España. Según reseña El Electoral, los dirigentes del partido en la región son bien vistos, pero eso no los salva de la percepción negativa que tiene el partido a nivel nacional. Naturalmente, quienes tienen razones para celebrar si la región refleja al país son los del PP.