La purga que se lleva a cabo en el seno del chavismo es como el boom de restaurantes elegantes en Caracas. Justo cuando se cree que va a detenerse, hay un nuevo caso. Un nuevo local o, en lo que concierne a este artículo, una nueva detención.
Alejandro Armas/El Político
El fenómeno ya se salió incluso de la elite gobernante para tocarle la puerta a actores políticos que no son parte del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Por ejemplo, el último conjunto de aprehendidos incluye a dos altos funcionarios de la Alcaldía de Baruta, un municipio de clase media y alta en el sur de la capital.
Estos hechos muestran que, en el arbitrario cosmos de la política venezolana, ni siquiera el seguir cierta norma tácita y autoritaria asegura que alguien pueda dormir tranquilo. Veamos.
De edificios lujosos a la cárcel
Nuestra historia comienza, la semana pasada, con declaraciones del alcalde de Baruta, Darwin González, en las que señaló que dos de sus subordinados habían sido llevados por agentes policiales a un "interrogatorio". Se trata de Juan Carlos Posner y Harold Sosa, director adjunto de la Alcaldía y director de Ingeniería Municipal, respectivamente.
Al día siguiente, los dos aparecieron en el último grupo de detenidos en el contexto de la purga. En video transmitido por los medios del Estado, con bragas anaranjadas, rumbo a una audiencia de presentación en tribunales. Un espectáculo recurrente por estos días en la propaganda chavista.
Freddy Ñáñez, ministro de Comunicación en el gobierno de Nicolás Maduro, señaló que Posner y Sosa fueron arrestados debido a "tramas de corrupción en la Alcaldía de Baruta". No señaló directamente al alcalde, pero su señalamiento apunta directamente a la institución que Darwin González encabeza. Semanas antes, el presidente de la Asamblea Nacional alineada con Maduro, Jorge Rodríguez, advirtió que los alcaldes opositores vinculados con los detenidos por la purga pudieran también terminar presos. No aludió a nadie en específico, pero habló de "un corrupto en Las Mercedes" (al ministro Ñáñez, por cierto, se le considera cercano a Rodríguez).
Cabe recordar que Las Mercedes es una urbanización comercial en el municipio Baruta donde en años recientes fueron levantadas unas ostentosas torres empresariales. Algunas de ellas, por una constructora de empresarios aprehendidos por corruptelas en la estatal petrolera Pdvsa. Al parecer, como funcionarios a cargo de cuestiones de infraestructura en el municipio, Posner y Sosa fueron vinculados con estos empresarios.
Sin garantías
A todo esto, ¿qué dice el propio alcalde? Varios días después del arresto de Sosa y Posner, su despacho emitió un comunicado explicando que no se había pronunciado debido a que guardaba reposo por una lesión. Aclaró que se ponía a la orden para colaborar con las pesquisas relacionadas a los dos directores.
Lo más notable de este caso es que González milita en Fuerza Vecinal, un partido relativamente nuevo que se identifica como opositor al régimen de Maduro. Sin embargo, esta organización, más allá de presentar alternativas electorales al PSUV, no hace ninguna oposición real al chavismo. Al contrario, se abstiene de cualquier acción que moleste a la elite gobernante. Se limita a administrar los municipios que gana en elecciones, dentro de lo que el chavismo permite.
De esa forma, Fuerza Vecinal sigue una regla tácita de la política venezolana que se remonta al menos a 2014. A saber, quienes ocupan cargos públicos sin militar en el PSUV deben evitar hacer uso de su poder para el activismo opositor. Solo así la elite chavista les permite hasta cierto punto ejercer sus funciones. Los que no acaten la norma pueden terminar como varios alcaldes que entre 2014 y 2017 fueron encarcelados o tuvieron que irse al exilio por tolerar o fomentar protestas opositoras en sus municipios.
Desde entonces, para algunos políticos venezolanos ha sido tentadora la idea de buscar cargos de elección popular haciendo una oposición netamente simbólica. Pero los hechos del último mes demuestran que ni eso asegura no tener problemas con quienes detentan el poder real.