Tal como se expuso en una emisión pasada de esta columna, ambas partes en la guerra entre Ucrania y Rusia estarían contemplando ofensivas ambiciosas próximamente. Las dos naciones necesitan prepararse lo mejor posible para desafíos en los que habrá mucho en juego.
Alejandro Armas/El Político
Por eso, es un mal momento para que trascienda un escándalo de corrupción en el seno del gobierno ucraniano. Y en materia militar, ni más ni menos. Entre otras cosas, se reveló que oficiales de las Fuerzas Armadas aceptaron adquirir con sobreprecio comida para las tropas. El gobierno de Volodimir Zelensky reaccionó destituyendo a varios funcionarios de alto rango, en un intento de demostrar que no tolerará esas prácticas.
No obstante, el caso pudiera tener un impacto negativo en el desempeño bélico ucraniano, al afectar las dos fuentes de su resistencia tenaz a la invasión rusa. Veamos.
"¿Sacrificarse por esto?"
Pudiera sonar cursi, pero la principal razón por la que su agresión a Ucrania no produjo la rápida caída del país que el presidente ruso, Vladimir Putin, esperaba es la voluntad de sus ciudadanos a defender su independencia. Está de más decir que el grueso de esa labor reposa en los militares ucranianos.
Pero esa misma disposición a la lucha puede verse debilitada por la percepción de que el Estado defendido es corrupto. Es lo que sucedió, por ejemplo, con el gobierno de Afganistán instalado luego de la invasión de ese país por Estados Unidos. Pese al mal recuerdo de la brutalidad de los talibanes que lo precedieron, la corrupción notable de ese gobierno desmoralizó a sus propias tropas. Ello facilitó que los fundamentalistas islámicos volvieran al poder en 2021.
El hecho de que en este caso los movimientos turbios de recursos se den en el mismísimo seno del esfuerzo por repeler la invasión rusa pudiera ser particularmente lesivo para la moral de los soldados ucranianos. Ocurre justo cuando Moscú sube la presión, con un despliegue considerable de tropas en el este de Ucrania, intentando ganar terreno.
Cabe recordar que Ucrania arrastra problemas históricos de corrupción. La organización no gubernamental Transparencia Internacional la evalúa como una de las naciones europeas más afectadas por ese flagelo. Zelensky, sin trayectoria política previa, fue electo Presidente en 2019 con un mensaje de ruptura con el pasado corrupto. Tendrá que redoblar esfuerzos por prevenir casos como el que acaba de ser expuesto. De lo contrario, su promesa pudiera ser tenida por hueca, con consecuencias terribles para la resistencia ucraniana.
Preocupación afuera
La otra fuente del éxito ucraniano repeliendo a los invasores es el apoyo de varias democracias en materia financiera y armamentística. Un respaldo que, si bien se ha mantenido firme, no ha estado libre de escollos.
Por ejemplo, recientemente hubo una disputa en el seno de esta alianza pro Kiev, a propósito de la remisión de tanques alemanes y norteamericanos para las FF.AA. ucranianas. Finalmente se resolvió con la aprobación del envío. Pero Ucrania sigue pidiendo más armas, incluyendo jets de combate, para hacer frente al agravado ataque ruso. En las capitales de Europa y Norteamérica hay reticencia a cumplir con algunas de estas solicitudes.
Naturalmente, esa desconfianza puede aumentar si los aliados de Ucrania sienten que su gobierno no hace suficiente por purgar corruptelas. Sin embargo, hasta ahora el daño por ese lado parece ser poco. Los gobiernos europeos no han expresado mayor inquietud.
Las autoridades de Estados Unidos, el más poderoso aliado de Kiev, señalaron que más bien la reacción de Zelensky demuestra que hay voluntad de combatir la corrupción. Además, afirman que no hay evidencia de que el escándalo actual involucre fondos de ayuda estadounidense, cuyo uso, aseguran que vigilan constantemente. Algunos miembros republicanos del Congreso, cercanos al expresidente Donald Trump y a su aislacionismo militar, llamaron a que se reduzca o ponga fin a la ayuda a Ucrania. Pero su influencia en el asunto es poca.
De todas formas, si emergen nuevos escándalos, esto pudiera cambiar. Por eso, cabe repetir, la clave estará en el empeño de Kiev por prevenirlo.