En Venezuela una vez más se habla de diálogo. Nicolás Maduro anunció hace dos semanas la reanudación de conversaciones con la oposición, interrumpidas desde octubre pasado por el propio chavismo.
Alejandro Armas/El Político
Pero hasta ahora no hay una fecha específica para el regreso a la mesa de negociaciones. No está claro si se seguirá el formato del año pasado, con la mediación de Noruega y las reuniones en México. Tampoco si los interlocutores serán solo el chavismo y la llamada Plataforma Unitaria, o si se incorporarán otros factores.
Además, la semana pasada el régimen emitió un señalamiento contra el líder opositor Juan Guaidó que pone en duda, de nuevo, su intención de llegar acuerdos que pongan fin a la crisis política.
"Entren, que caben cien"
Cuando Maduro hizo su anuncio, lo hizo con bastante vaguedad en cuanto a quiénes ve participando en estas conversaciones."Hemos decidido reactivar con mucha fuerza el proceso de diálogo nacional con todos los factores políticos, económicos, religiosos, culturales del país", expresó.
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional afín a Maduro y cabeza de la delegación chavista durante el diálogo en México, fue algo más directo. La semana pasada insinuó que individuos como los diputados Luis Eduardo Martínez y José Gregorio Correa deberían participar.
Martínez y Correa están en Acción Democrática, partido al que intervino el Tribunal Supremo de Justicia alineado con Maduro para imponerle una directiva que su militancia no escogió. Desde entonces ha fungido nominalmente como oposición, pero sin desafiar realmente al chavismo.
Al ataque, de nuevo
A los pocos días, Rodríguez volvió a declarar. Esta vez, para acusar a Juan Guaidó, presidente del llamado "gobierno interino", de tener vínculos con Biagio Garofalo. Este es un ciudadano venezolano italiano y venezolano recientemente arrestado en Colombia y solicitado por la justicia española por supuesto narcotráfico.
Como "pruebas", Rodríguez mostró un video de Guaidó en una fiesta. Según el dirigente chavista, era en la casa de Garofalo en la localidad de Anaco, en 2018. Pero una investigación de Cazadores de Fake News determinó que el material no fue grabado en el momento y lugar indicados por Rodríguez. El mismo sitio web de fact-checking concluyó que un documento mostrado por Rodríguez, que con la firma de Guaidó nombró a Garofalo como autoridad local del partido Voluntad Popular, es forjado.
De todas formas, Rodríguez aprovechó la oportunidad para aclarar que el chavismo no se reunirá con Guaidó. Por otro lado, Guaidó jamás participó en persona en las conversaciones en México. Pero la Plataforma Unitaria que sí lo hizo consta de miembros de la coalición de partidos políticos que Guaidó lidera y que integra el "gobierno interino".
¿Qué hará EE.UU.?
Así pues, el chavismo pretende incluir en el diálogo a elementos que se identifican como "oposición" sin oponerse y lanza señalamientos contra quienes sí lo hacen. Por ello, a duras penas se puede esperar que esté comprometido para una negociación verdadera.
Con diálogos anteriores, el régimen ha tratado de zafarse las sanciones que pesan sobre él. Sobre todo las de Estados Unidos. Washington reconoce solo a Guaidó y sus aliados como representantes de la oposición con los que el chavismo tendría que entenderse si espera ver el fin de las sanciones. A factores como los partidos intervenidos por el Poder Judicial los ve con indiferencia o hasta desprecio.
Puede que el régimen pensara que la urgencia en Estados Unidos por reemplazar el petróleo que importaba de Rusia cambió las cosas. Esa necesidad quizá hizo que EE.UU. aflojara sus exigencias para el levantamiento de sanciones. En los próximas días se verá si esta creencia es acertada.