Que Nayib Bukele, el controvertido Presidente salvadoreño, tiene deseos de acumular más y más poder es algo que a nadie que observe la nación centroamericana debería sorprender a estas alturas. Hace dos semanas, el mandatario dio un paso más en esa dirección.
Alejandro Armas/El Político
Bukele anunció que buscará la reelección presidencial. Esto muy a pesar de que no son uno, ni dos, sino seis los artículos de la Constitución salvadoreña los que prohíben que el mandatario sea reelecto de manera consecutiva.
¿Cómo puede entonces Bukele volver a lanzarse? Veamos.
El manual de Evo
En Latinoamérica, con sus sistemas presidencialistas de ejecutivos muy poderosos, hay una tendencia entre los titulares a buscar prolongar su estadía en el poder, aunque la ley lo impida. Sucede sobre todo con líderes populistas, de los cuales Bukele es uno.
Para lograrlo, pueden cambiar la Constitución. Eso fue lo que trató de hacer el venezolano Hugo Chávez, otro populista, en 2007, mediante una reforma que fue rechazada en referéndum. Pero tal era ansia de poder de Chávez, que en 2009 volvió a intentarlo con una enmienda más limitada, y tuvo éxito.
Pero Bukele al parecer no tiene interés en cambiar la Constitución. Más bien la estaría ignorando, con el aval del Poder Judicial. Un fallo de la Sala de lo Constitucional en la Corte Suprema de Justicia le allanó el camino al dictar que, aunque la Ley Fundamental diga lo contrario, “le compete al pueblo decidir” si Bukele puede gobernar cinco años más.
Al proceder por esta vía, Bukele le sigue los pasos al expresidente boliviano Evo Morales. Cuando la Constitución de su país le impidió ser reelegido, Morales apeló al Tribunal Supremo de Justicia. Una proclama del mismo sostuvo que volver a competir en elecciones presidenciales era “un Derecho Humano”, autorizando así su candidatura inconstitucional.
Los astros alineados
Las instituciones de un país son tan fuertes como la disposición a preservarlas en quienes las integran. Si un mandatario las vulnera, su salvaguarda depende de la reacción de los demás poderes públicos, y de la sociedad en general.
Pero Bukele no tiene muchos obstáculos, más allá de un puñado de voces críticas a su voluntad de reelección. En la Asamblea Legislativa, sus partidarios son mayoría abrumadora: 64 de los 84 escaños.
Fue esa misma asamblea la que destituyó a magistrados opuestos a las disposiciones de Bukele, reemplazándolos por otros afines con el Presidente. A su vez, fueron estos jueces los que le abrieron la puerta a Bukele para la reelección
Además, Bukele cuenta con un respaldo popular increíblemente alto. Su gestión la aprueba 85% de los salvadoreños, de acuerdo con una encuesta de Cid Gallup difundida a principios de mes. La política de mano duro de su gobierno hacia las bandas criminales, un problema de proporciones infernales en El Salvador, le granjeó un respaldo muy difícil de roer.
Con todos elementos a su favor, prever por cuánto tiempo gobernará Bukele es de momento imposible…