Ni el informe del Consejo de Estado que responsabiliza al Ministerio de Defensa del accidente del Yak-42 ni la reprobación unánime de la oposición han hecho que el Gobierno se replantee que Federico Trillo represente a España como embajador en Londres.
“Eso está ya sustanciado judicialmente. Ocurrió hace muchísimos años”, dijo este martes Mariano Rajoy, quien premió a Trillo con la Embajada en 2012. Trillo fue el artífice de la defensa del PP ante Gürtel y atesora secretos del partido.
El PP y Mariano Rajoy volvieron a defender este martes a Federico Trillo, acreedor de favores y blindado por los secretos que custodia. “Es un personaje que despierta mucho temor en el partido”, afirma un exministro de Rajoy. No le obligaron a dimitir después de que 62 militares murieran en 2003 en un avión que ya acumulaba quejas por su “dudoso mantenimiento”.
Tampoco cuando se supo que se habían equivocado en la identificación de los cuerpos y mezclados restos de tres cadáveres en un solo féretro porque, como declararon los forenses turcos, “dijeron que tenían prisa”. El PP calificó las peticiones de dimisión de “agresión política”. Rajoy dijo que, “por un error” no debía “dejar la política”.
Trillo no dimitió por el accidente. En 2004, el PP pasó a la oposición y, cuando volvió al poder tras las elecciones de 2011, Rajoy le premió con la Embajada en Londres pese a no tener la carrera diplomática. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, había prometido que no habría embajadores políticos, pero el PP debía ya demasiado a Trillo.
Entre otras cosas, el haber negociado con Francisco Camps su dimisión y organizado la defensa de los implicados en la trama Gürtel. Este servicio, en realidad, ya se lo había cobrado: el PP pagó en 2009 a su despacho de abogados una factura de 69.600 euros por “coordinación [de] defensas”.
En su último libro, el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que inició la investigación de la trama Gürtel, acusa a Trillo de ser el “muñidor de todas las actividades extraprocesales” que rodearon el caso. Responsable de Justicia del PP, Trillo ejerció durante años su influencia sobre la judicatura tras haber participado en la negociación para sus nombramientos. La acumulación de secretos y su influencia permitieron a Trillo mantenerse después de que, en 2015, EL PAÍS revelara que había cobrado 354.000 euros en tres años de una constructora que contrataba con la Administración.
Este martes, después de que EL PAÍS revelara el informe del Consejo de Estado que responsabiliza a Defensa del accidente del Yak-42, el PSOE, Podemos, Ciudadanos y ERC pidieron la destitución de Trillo y la comparecencia de la actual ministra, Dolores de Cospedal, en el Congreso. Esta se producirá, aunque se demorará porque enero es inhábil en la Cámara.
Para Ricardo Cortés, portavoz de Defensa y responsable de Internacional de la gestora del PSOE, “Trillo debería cesar como embajador por su responsabilidad política”. En esta línea, Pablo Bustinduy, portavoz de Exteriores de Podemos, aseguró que “evidentemente es incompatible tener la representación de España en otro país sin haber asumido la responsabilidad política de un hecho tan grave”.
Con información de El País