La congresista María Elvira Salazar (R-FL) ha criticado fuertemente a Chevron, acusándola de financiar la opresión en Venezuela y pidiendo la suspensión de su licencia de explotación de petróleo. En un contexto de creciente presión internacional sobre el régimen de Nicolás Maduro, Salazar argumenta que Chevron no solo permite la opresión, sino que también se beneficia económicamente de ella, contribuyendo así a la perpetuación del sufrimiento del pueblo venezolano.
Salazar señaló que Chevron pagó aproximadamente 300 millones de dólares en impuestos al gobierno venezolano en el último año, lo que considera una traición a los valores democráticos.
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La congresista afirmó que "Chevron tiene sangre en sus manos", sugiriendo que la empresa es tan responsable de la situación en Venezuela como el propio régimen.
Esta crítica se produce en un momento en que la administración Trump está considerando cancelar la licencia de Chevron, lo que representaría un duro golpe económico para el gobierno de Maduro. La decisión busca intensificar la presión sobre el régimen y apoyar los esfuerzos por restaurar la democracia en Venezuela.
Salazar ha instado a la comunidad internacional a tomar medidas concretas contra Chevron y ha propuesto "cerrar el grifo" del petróleo venezolano como una estrategia para debilitar al gobierno actual.
Chevron ha operado en Venezuela durante décadas y su relación con el país ha sido objeto de escrutinio debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos. La empresa actualmente bombea alrededor de 200,000 barriles diarios, lo que representa casi el 23% de la producción total del país.
La administración Biden había suavizado algunas restricciones anteriormente, pero se espera que Trump adopte una postura más dura hacia el régimen de Maduro y sus aliados económicos.