La mala gestión de la pandemia para frenar el coronavirus en Brasil pone en peligro no sólo a su país sino a América y el mundo.
El Político
El Presidente de Brasil privilegió el desempeño económico a la seguridad de los ciudadanos. Se suma ahora la variante que surgió en el Amazonas, en el norte de Brasil, lo que pone al país y al mundo en alarma.
Segundo lugar en muertes por Covid-19
Brasil está a punto de alcanzar las 260.000 muertes por COVID-19. Así se convierte en el segundo peor país del mundo —después de Estados Unidos— respecto a las muertes por la pandemia, en momentos que sus hospitales están desbordados de nuevos casos.
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El gobierno desestimó frenar el brote por anteponer los intereses económicos creó una tragedia nacional y es un caldo de cultivo de nuevas mutaciones del coronavirus
Mientras el mundo contempla esperanzado la luz al final del túnel de la pandemia existe sin embargo en el planeta un agujero negro, y se llama Brasil.
Tomarse las epidemias en serio
El caso brasileño enseña algunas cosas sobre Covid-19 y sobre la importancia crucial de tomarse las epidemias en serio.
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Las medidas de restricción de la movilidad, el distanciamiento social, el uso exhaustivo de mascarillas y el inicio de las campañas de vacunación masiva, son pasos a los cuales el mandatario no prestó importancia.
La nueva variante preocupa al mundo
Conocida como P.1, la nueva variante del coronavirus que causa Covid-19 no sólo es más contagiosa. También parece capaz de infectar a algunas personas que ya se han recuperado de otras versiones del virus, como sugieren los estudios preliminares.
Se cree que la nueva variante surgió en medio del caos vivido en Manaos, la ciudad más afectada, en términos de proporción, por la pandemia en el segundo país más afectado por la pandemia.
Un cataclismo sanitario
Brasil sufre sus peores días de infecciones y fatalidades desde que registró el primer caso en febrero de 2020. El 9 de marzo el país reportó 1.954 muertes en 24 horas, la peor cifra desde que empezó la pandemia. La situación en los hospitales es caótica, cuando la ocupación de camas UCI en 17 ciudades del país está ya al 100%.
Negación e incapacidad
Si no es directamente responsable de todo el caos del último año, la mala gestión de la pandemia por parte de Bolsonaro lo es en buena parte. Como argumentó el politólogo Robert Muggah, del Instituto Igarapé, el gobierno mantuvo el negacionismo ante la gravedad de la enfermedad y fue incapaz de frenar el brote. Además promovió un mensaje anti-vacuna, lo cual más allá de haber creado una tragedia nacional: produjo una amenaza mundial.
Caldo de cultivo de nuevas variantes
La incompetencia y resistencia de Bolsonaro para manejar la pandemia no es dada como razón por la situación actual de Brasil solo por politólogos, sino también por especialistas como el neurocientífico Miguel Nicolelis, de la Universidad de Duke, quien insta a la comunidad internacional a presionar al gobierno brasileño para contener la pandemia.
Nicolelis explica que la situación en Brasil genera la tormenta perfecta para variantes. Liderado por un presidente que sigue negando la amenaza del virus que ya matado a casi 270.000 brasileños.
Vendrán nuevas mutaciones
Si se permite que el virus prolifere a los niveles que está proliferando actualmente en Brasil, se abre la puerta a la aparición de nuevas mutaciones y a la aparición de variantes aún más letales, según Nicolelis.
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Jair cuestionó el uso de máscaras, lo que hizo recientemente durante uno de los días de mayor mortalidad en el país, y permitió que el virus se reproduzca a niveles que aumentan la posibilidad de mutaciones, dice el neurocientífico.
"¿De qué sirve controlar la pandemia en Europa o Estados Unidos?,
Mientras Brasil sea un caldo de cultivo de este virus el mundo estará en peligro". “Es un laboratorio al aire libre para que el virus prolifere y acabe creando más mutaciones letales. Se trata del mundo. Es global".
Lenta campaña de vacunación
Otra situación agravante es la lentitud de las campañas de vacunación. Cifras de esta semana muestran que Brasil ha vacunado un poco más de 8 millones de personas, equivalente al 4% de la población. Según especialistas, a este ritmo tomaría cuatro años alcanzar la inmunidad colectiva en Brasil.
En reciente reunión, la Organización Pan-Americana de Salud (OPAS) criticó el ritmo lento de las campañas de vacunación en toda América Latina, alertando del riesgo que la lentitud ofrece para el surgimiento de variantes más resistentes.
Esto se da, entre otras razones, porque el contacto entre personas que han recibido la vacuna propicia el surgimiento de mutaciones “superpotentes” capaces de eludir la acción del inmunizador, como explican investigadores de Imperial College London y de la Universidad de Leicester.
Por esta razón, es imprescindible combinar los planes de vacunación con confinamientos, cierres, bloqueos y otras medidas de contención del virus, como explicaron los investigadores británicos.
Las mutaciones evaden los anticuerpos
Explican que en Brasil, esta lentitud se suma a las variantes con la mutación E484k que evade los anticuerpos y los altos niveles de contagio debido a la falta de medidas preventivas.
Desde enero, diversos países ya han cerrado sus fronteras a vuelos procedentes de Brasil para prevenir la llegada de variantes peligrosas.
Consecuencias del desgobierno de Bolsonaro
Desde el principio, Bolsonaro insistió que el país no podía parar debido a un “pequeño resfriado”, afirmando que las consecuencias económicas serían muy severas. Pero el presidente subestimó las consecuencias económicas de su terrible gestión de la pandemia.
Según muestra Valor Económico, el periódico financiero más grande de Brasil, el costo de la demora del gobierno federal en ordenar las vacunas contra Covid-19 es del 10% al índice Ibovespa.
“La raíz de nuestro problema, lo que más nos afectó este año, fue la mala gestión de la vacunación", dice Ronaldo Patah, el estratega de mercados de UBS Wealth Management.
Rechazo a vacunas
El año pasado, el gobierno brasileño rechazó una propuesta de la farmacéutica Pfizer, que contemplaba el suministro de 70 millones de dosis de vacunas hasta diciembre de este año.
El Ministerio de Salud afirmó que había tomado esa decisión para no caer en un esquema de “marketing” de los productores de la vacuna.
Patah argumenta que si el gobierno hubiera comprado las dosis en septiembre, Brasil hoy podría estar vacunando a un ritmo parecido al de los Estados Unidos.
Fiel a sus ideas conservadoras
La idea ultraconservadora de que las consecuencias económicas de las medidas restrictivas son peores que la muerte de unos cuantos miles de ciudadanos.