“Con base en los casos documentados por el ACNUDH, casi todas las personas detenidas por la DGCIM fueron sometidas a desaparición forzada durante un breve plazo posterior a su detención y antes de ser llevadas ante el juez”, destaca el punto 46 del informe que ayer presentó la Alta Comisionada Michelle Bachelet, reportó Infobae.
El Político
Agrega: “Las autoridades no confirmaban el paradero de las personas a los familiares ni a los abogados durante períodos que solían oscilar entre los siete y los 40 días, lo que suscitó preocupación por el incremento del riesgo de tortura y malos tratos”.
Dice el informe de Bachelet que la oficina de la Alta Comisionada “determinó que, en el momento de la detención, no solía presentarse ninguna orden judicial y no se informaba a las personas del motivo de su detención. En varios casos, las órdenes de aprehensión se expidieron con carácter retroactivo, incluso con fechas de expedición alteradas, y las casas fueron allanadas sin orden judicial. La mayor parte de las detenciones fueron practicadas por miembros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Sin embargo, otras fuerzas de seguridad, tales como las FAES y la Guardia Nacional Bolivariana, han incrementado su participación en esas aprehensiones”.
La respuesta que Nicolás Maduro parece darle a ese informe sobre Venezuela, de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, es ascender a uno de los principales agentes de violación de derechos humanos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, el ahora coronel de la Guardia Nacional Bolivariana Alexánder Enrique Granko Arteaga, egresado de la II Promoción “Batalla Mata de La Miel”, de la EFOFAC, año 2003, como primer brigadier y alférez auxiliar.
Pero no es solo que Maduro lo premia, es que lo asciende de número uno, entre los 90 nuevos coroneles de ese componente militar, lo que representa el principal mérito, la recompensa, el estímulo más alto que recibe un oficial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Granko se ufana cuando lo mencionan como el que asesinó al piloto Oscar Alberto Pérez, durante una brutal masacre ocurrida el 15 de enero del 2018 en El Junquito, en las cercanías de Caracas.
Nadie se explica cómo ha llegado a ser un personaje tan cruel, pero eso le ha permitido encajar perfectamente en la DGCIM como mano derecha del general Hernández Dala. Es Granko quien ha manejado realmente la DGCIM, impone reglas, incluso por encima de los generales que han ocupado cargos subalternos en la institución.
Es uno de los hombres claves en el triángulo de terror de la DGCIM. Un oficial comenta que “cuando estaban haciendo curso antiguerrilla Lince, los distinguidos de esa promoción se alzaron contra los comandos, porque no querían que los maltrataran; entre esos estaba el distinguido Granko”.
“En el curso Lince los sargentos del grupo de comando eran quienes dirigían, por lo que en ese momento quedabas como subalterno. En ese tipo de cursos la exigencia era muy alta, pero esos distinguidos, donde estaba Granko, no aguantaron la presión y se convirtieron en los líderes de una insubordinación masiva, que les costó el regreso a la Escuela”.
Jefe de DAE
Alexander Enrique Granko Arteaga es de Puerto Cabello, estado Carabobo. Es el jefe de la Dirección de Asuntos Especiales de la DGCIM, una unidad especial, que funciona anexa a la oficina del mayor general Iván Hernández Dala, Jefe de la DGCIM, en la sede principal de Boleíta, Caracas.
Un funcionario de Contrainteligencia se atreve a señalar, sin vacilación alguna, que “él, Granko, es quien realmente decide todo en la DGCIM, es quien impone las reglas, es quien controla a Hernández Dala, porque se ha convertido en su hombre de más absoluta confianza, es una relación demasiado perversa”.
Nota de Infobae