Mientras el mandatario venezolano parece insensible al malestar del pueblo, la situación de país se torna insostenible.
Apolinar Martínez/El Político
Las nuevas sanciones aplicadas por el gobierno de los Estados Unidos contra el Banco Central de Venezuela, y que impiden a esta institución utilizar el dólar para sus transacciones, han sido recibidas como muy útiles para Carlos Vecchio, embajador de Juan Guaidó, quien considera que ellas constituirán una elemento esencial para el derrocamiento de Nicolás Maduro, quien ciertamente se encontrará con dificultades financiera , dado que la mayoría de las negociaciones se realizan en con la moneda norteamericana.
Pero el asunto tiene sus bemoles.
Maduro ha respondido que esas medidas le “fortalecerán” y que encontrará fórmulas para enfrentarlas.
La Situación se deteriora por segundos
Pero a quien se le torna difícil el panorama es al ciudadano común.
Venezuela no está produciendo nada, todos los componentes de la cesta alimentaria y los enseres son importados y se adquieren en dólares.
Un respiro a esa situación resultan las remesas hechas por los familiares que desde distintas partes del mundo envían sus dólares a Venezuela.
Pero el temor que ahora se presenta es que seguramente Maduro ordenará al Banco Central, que no tiene independencia que ponga frenos a esas remesas o que ponga trabas para entregarlas.
Es un asunto importante al cual debe ponérsele cuidado. Maduro es un cosa, un incapaz gobernante, sin sensibilidad, pero el pueblo es otra cosa y debe intentar aliviársele el grave estado en que se encuentra