El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio luz verde a un referéndum sobre el futuro de la migración en la nación europea. Según reseñó el periódico local L’Humanité la decisión emana de una reunión que el mandatario sostuvo con varios cabecillas de varios partidos de oposición.
El Político
Ocurre en un momento difícil para el Palacio del Elíseo, cuyo ocupante ha visto sus niveles de apoyo desplomarse. No extraña entonces que busque tender puentes con el resto del espectro político galo. La nota de L’Humanité señala que Macron fue especialmente receptivo de las peticiones de los partidos de derecha. Justamente aquellos para los cuales el tema migratorio es más sensible.
Reseña el diario que Los Republicanos, partido de la centroderecha tradicional, plantea someter a plebiscito un proyecto de ley constitucional sobre inmigración presentado que presentó en primavera. Mientras, Agrupación Nacional, la derecha dura encabezada por Marine Le Pen (némesis de Macron) exige que el voto sobre esta cuestión sea en 2024. Específicamente, el mismo día de las elecciones al Parlamento Europeo.
El proceso implica una reforma a la Constitución francesa. Según la propia Carta Magna, en su artículo 89, tales enmiendas deben ser aprobadas primero por ambas cámaras del parlamento. Luego es que se someten a consulta popular. Los escaños del oficialismo, más los de los partidos de derecha interesados, deberían bastar para que la reforma sea aprobada tanto en el Senado como en la cámara baja.
Un flujo creciente
En un contexto de guerras y pobreza extrema en varios países en vías de desarrollo, Europa ejerce un atractivo migratorio para millones de personas. Francia no es la excepción. En las últimas décadas, el porcentaje de su población nacida en el extranjero ha aumentado considerablemente. Los inmigrantes provienen sobre todo de sus ex colonias en el Magreb y el África subsahariana.
La tendencia se ha mantenido durante el gobierno de Macron. De hecho, el año pasado Francia emitió más de 320 mil permisos de residencia. Un récord histórico y un incremento de más de 17%, comparado con el año anterior.
Muchos de los nuevos residentes son de fe musulmana. La firma Statista calcula que el islam ya es la religión de 4% de los habitantes de Francia. Ese es el mayor porcentaje en toda Europa Occidental.
El incremento de la población no europea, sobre todo cuando es musulmana, ha sido rechazado por algunos sectores de la población francesa. Para ellos, el país se estaría “islamizando” y “perdiendo sus raíces occidentales”. Agrupación Nacional ha sido hecho particular énfasis en lo que considera como una necesidad de restringir este flujo migratorio.
¿Cazando votos?
El presidente Macron no tiene mucho de qué preocuparse en cuanto a su futuro político individual. Al haber logrado la reelección el año pasado, no puede aspirar a un tercer mandato. Pero su legado peligraría si su sucesor fuera alguien con ideas radicalmente distintas… Como Marine Le Pen.
Eso es exactamente lo que pudiera ocurrir dentro de cuatro años. No mucho después de que Macron la derrotara por segunda vez en comicios presidenciales, Le Pen se convirtió en la dirigente política más popular de Francia. Ello en la medida en que el respaldo al Presidente se hundía en medio de protestas por un aumento impopular de la edad para jubilación ordenado por su gobierno.
En una encuesta de la firma Harris Interactive difundida esta semana sobre intención de voto para la primera vuelta de las presidenciales de 2027, Le Pen fue la favorita en varios escenarios. Siempre apareció por encima de cualquiera de los posibles candidatos de la coalición oficialista, como la primera ministra Élisabeth Borne.
Pero para esos comicios faltan cuatro años. Una eternidad en política. Todavía Macron tiene tiempo para recuperar apoyo masivo y facilitar las cosas a quien su coalición escoja como aspirante a sucesor del Presidente. Y si ello implica contrarrestar el ascenso de la derecha, pues pudiera ser necesario tomar varias de sus banderas, incluyendo la migratoria.