La economía de Argentina crecerá un 3,5 por ciento en el 2017 gracias a las inversiones atraídas por el Gobierno y a la estabilidad generada por una menor inflación tras años de estancamiento y de amplias regulaciones a los mercados, dijo a Reuters el presidente Mauricio Macri.
A nivel regional, el presidente se mostró preocupado por la tensión que sacude al Mercosur, donde los nuevos gobiernos de centroderecha rechazan que el socialista venezolano Nicolás Maduro asuma la presidencia del bloque regional.
“Nosotros creemos que (Venezuela) no ha cumplido los trámites que tenía que llevar a cabo para ser miembro pleno del Mercosur. Ya pasaron los cuatro años, eso invalida el tema. Tenemos una posición negativa a que asuma el liderazgo estos seis meses”, dijo Macri.
Pese a los cambios liberales aplicados por Macri desde que asumió en diciembre, la economía aún no ha logrado despegar y algunos especialistas empiezan a mostrar preocupación porque las señales positivas demoran en aparecer.
Pero el mandatario, de 57 años, aseguró estar “satisfecho” con el nivel de inversiones que hasta ahora recibió el país, una variable a la que el Gobierno apuesta para reactivar la economía sin disparar la inflación y reduciendo el déficit fiscal.
“Mi prioridad fue decir que en el segundo semestre la inflación iba a bajar drásticamente. Lo estamos empezando a cumplir. Mes a mes está empezando a bajar. Eso va a generar estabilidad para fortalecer el proceso de inversión, que es lo que va a generar trabajo”, dijo Macri en una reciente entrevista en la Casa Rosada, en el marco del Reuters Summit 2016.
Sobre la inflación, que podría cerrar el 2016 cerca del 40 por ciento anual, el presidente se confesó “optimista” de que el próximo año bajará al 17 por ciento, ratificando una estimación oficial.
“Este año vamos a terminar con un último trimestre equilibrado y el año que viene vamos a crecer 3,5 por ciento”, dijo el presidente argentino, que llegó al poder tras derrotar al peronismo de centroizquierda que gobernó el país por 12 años.
La victoria electoral de Macri, un ingeniero que proviene de una familia de empresarios, disparó amplias expectativas entre inversores y hombres de negocios.
Pero, aunque aún cuenta con un fuerte respaldo social, los ajustes a la economía que inició lo han llevado a enfrentar huelgas y protestas por los despidos y aumentos en las tarifas de servicios.
La inversión está creciendo
Sectores como el agropecuario -en el que Argentina es una potencia mundial y que se ha visto particularmente beneficiado por las medidas de Macri- ya dan signos de recuperación, pero otros como la industria automotriz siguen estancados por la recesión en Brasil, el principal socio comercial del país, y la caída del consumo doméstico.
Para impulsar el empleo y paliar una pobreza que alcanza a un tercio de los argentinos, el Gobierno ha anunciado un ambicioso plan de inversiones públicas en infraestructura por cerca de 7.000 millones de dólares. Impacientes, muchos argentinos se preguntan cuándo se verán los primeros resultados.
“Mes a mes no hemos parado de crecer en la inversión (pública). Y ya estamos realmente a muy buen nivel de inversión y esperamos duplicar el año que viene”, añadió el presidente.
Otra buena noticia para muchos argentinos llegaría el año próximo, cuando el Gobierno reduciría el Impuesto a las Ganancias, que grava los sueldos medios y altos. Macri destacó que el proyecto de ley para bajarlo está listo y llegará en los próximos días al Congreso.
Si bien esas decisiones implican un golpe a las arcas del Estado en momentos en que la recaudación baja por la recesión, el presidente mantuvo la previsión oficial de déficit fiscal del 3,3 por ciento del PIB para el 2017.
“Estamos en una buena situación financiera”, dijo.
Apagando las luces
Considerado por algunos allegados como un hombre puntual en extremo -les cobra multas a los ministros que llegan tarde y luego dona el dinero a beneficencia-, Macri también se ha mostrado obsesivo en el ahorro de gas y electricidad en medio de una crisis energética en el país.
Funcionarios contaron que es habitual que, al pasar por sus oficinas, el presidente apague luces si cree que hay derroche.
El retiro de los subsidios a la electricidad que mantenían muy bajas las tarifas para los consumidores generó quejas de la oposición y vigorosas protestas por haberse hecho de golpe y no con gradualidad.
El caso llegó a la Justicia y ahora la situación es delicada, ya que si el Gobierno no logra aplicar ajustes peligra la situación fiscal del país y el sistema energético porque las empresas eléctricas aseguran que no pueden hacer inversiones.
“Un país sin energía no puede crecer. Estamos en el camino correcto y espero que todos los argentinos acompañemos. Que la dirigencia entienda que no es momento de hacer demagogia y seguir con la mentira”, dijo Macri en un salón que tenía la calefacción apagada pese al frío invernal de Buenos Aires.
A nivel regional, el presidente se mostró preocupado por la tensión que sacude al Mercosur, donde los nuevos gobiernos de centroderecha rechazan que el socialista venezolano Nicolás Maduro asuma la presidencia del bloque regional.
“Nosotros creemos que (Venezuela) no ha cumplimentado los trámites que tenía que llevar a cabo para ser miembro pleno del Mercosur. Ya pasaron los cuatro años, eso invalida el tema. Tenemos una posición negativa a que asuma el liderazgo estos seis meses”, dijo Macri.
Con información de La Patilla