Se trata de una batalla de fondo para el Gobierno. La estrategia de confrontación con los gremios docentes fue planificada y su rumbo se mantendrá inalterable. El presidente Mauricio Macri está convencido de que es el camino para generar un cambio profundo en la forma en que se resuelven los conflictos. Por eso no habrá marcha atrás; por eso no piensa ceder a los reclamos.
Entre los argumentos que sostiene el jefe del Estado para llevar el enfrentamiento con los gremios docentes a un punto máximo de tensión se destacan poner límites a los reclamos, involucrar a los gobernadores y defender la meta que se fijó para el déficit fiscal.
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Macri alienta a sus ministros y funcionarios a continuar con el "cambio de paradigma que recién comienza". El diagnóstico es sencillo: la situación de la educación pública en la Argentina es crítica y necesita de una revolución. Ese escenario, que hizo público esta semana con la presentación de la evaluación Aprender 2016, hizo que el Presidente deje atrás las ambigüedades.
Macri considera que es el momento de marcar límites. "Nos venimos preparando para enfrentar este escenario desde hace un año", aseguró una persona con acceso al despacho presidencial.
Para el Presidente, el conflicto con los maestros es parte de un "proceso" que debería transformar la Argentina en un país "lógico". Y los gremios, según algunos de sus principales funcionarios, sólo buscan mantener los privilegios.
En segundo término, el gobierno nacional se corrió del eje. Macri delegó la responsabilidad en la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal . Pero no la dejó sola. El Presidente la acompaña en las presentaciones públicas, como hizo ayer, cuando volvió a resaltar el rol de Vidal en la negociación con los gremios docentes.
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"Gracias, María (Eugenia Vidal), por este compromiso, por esta batalla, por esta convicción, y espero que todos entendamos que este cambio al cual nos hemos abrazado hace 15 meses tiene un compromiso con la verdad", destacó el Presidente.
El plan del Gobierno es dejar que los mandatarios provinciales cierren cada uno su negociación; ése fue un pedido que los gobernadores le hicieron al Presidente. Hasta ahora cerraron la paritaria 17 provincias. "En ningún lado dice que el Estado tiene que definir lo que cobra un empleado público provincial", dijeron funcionarios que atienden en la Casa Rosada.
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El tercer motivo quizá sea el que genere un impacto más inmediato. Tiene que ver con la meta que se fijó el Gobierno en materia de déficit fiscal. El Gobierno sabe que una paritaria por encima de la previsión que proyectó para la inflación incidirá en el número final.
"No hay otra. No nos votaron para darle a la maquinita (por la impresión de billetes)", manifestó uno de los principales asesores de Macri. El antídoto para evitar quejas por la posible inflación de este año es la "cláusula gatillo", que va a contener todos los incrementos de la inflación.
Con información de La Nación de Argentina