La huelga docente en Buenos Aires se está aplacando, pasaron el paro y la movilización de la CGT; las marchas de la CTA. Y también, y sobre todo, la manifestación del 1 de abril que Mauricio Macri considera que fue absolutamente a su favor: “Demostró que hay muchísima gente que sigue confiando en que debemos recomponer al país para hacer que funcione de forma ‘normal’, como Chile, por ejemplo”.
El Presidente de la República está convencido de que es el tiempo de impulsar desde el Gobierno una renovación sindical. El lunes pasado explicitó esa idea cuando en un discurso en la Casa Rosada dijo que no se puede “aceptar más comportamientos mafiosos”, y especificó, en primer lugar, que hay grupos de gremialistas que considera que viven y trabajan para construir poder por fuera de la ley, bajo su propia ley pero criminal.
Lea También: Huelga mantiene paralizada a Argentina
Clarín pudo comprobar, en base a fuentes oficiales, que Macri agudizará el conflicto con sindicalistas de renombre. Hace pocas horas, un interlocutor con el que hablaba sobre esos planes le pidió detalles al respecto. Y el Jefe de Estado dio nombres, secretarios generales y gremios tradicionales que considera dañinos para el “cambio cultural” que cree que debe imponerse en el país.
Según pudo reconstruir este diario, Macri contesta así cuando lo interrogan sobre los sindicatos con los que entraría en conflicto en el corto plazo: “Omar Viviani, de los peones de taxi: mostró él solo con su discurso violento que no puede seguir representando a ningún trabajador”.
El “combate” de Macri contra los gremios incluye a uno de los más representativos e históricos de la historia de la lucha obrera argentina: “La UOM (Unión Obrera Metalúrgica)”.
Con información de El Clarín