El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tiene un plan para contrarrestar los efectos del llamado Trumpismo en su país.
El Político
Lula da Silva llega a la presidencia de Brasil por tercera vez. Pero ahora la figura del presidente de Brasil llega lavada, en el resplandor de un regreso glorioso.
Fue liberado de prisión, elegido para un tercer mandato como presidente de Brasil y triunfante de una insurrección al estilo del 6 de enero en EEUU.
Este populista de izquierda parecía encarnar la resistencia de la democracia en una era de extremismo. Pero la cosa no es como aparenta.
#Internacional | Lula da Silva, la última esperanza contra el trumpismo ultra en Brasil
Por José Antequerahttps://t.co/4uu9B0Jpw8 pic.twitter.com/InVPUOpANi— Diario16 (@Diario_16) October 14, 2022
¿El norte no es una quimera..?
En efecto, en reuniones privadas con legisladores progresistas y líderes sindicales, Lula transmitió un mensaje terrible, según cuatro personas presentes en las discusiones.
Aunque habían caído demagogos venenosos tanto en Brasil como en Estados Unidos, Lula advirtió que una red global de fuerzas de derecha continuaba amenazando la libertad política.
Los votantes aplastados por la desigualdad económica y confundidos por un torrente de desinformación en las redes sociales siguieron siendo vulnerables a figuras como Donald Trump y Jair Bolsonaro, el brutal hombre fuerte a quien Lula derrotó por estrecho margen, el otoño pasado.
El presidente brasileño viajó a EEUU en febrero. Fue recibido el viernes 10 de febrero por su homólogo, Joe Biden, en la Casa Blanca.
En Washington, el líder brasileño de 77 años hizo un llamado a la batalla: la izquierda necesitaba construir su propia red transnacional, dijo Lula, para luchar por sus valores políticos y enfrentar crisis como la privación económica y el cambio climático.
Líderes de extrema derecha como Trump y Bolsonaro en las Américas se buscaron entre sí y encontraron compañeros de viaje en la línea dura europea. Como la francesa, Marine Le Pen, y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Ningún club comparable ha existido en la izquierda. En opinión de Lula, era hora de que eso cambiara.
El trumpismo es golpista.
Centenares de bolsonaristas invaden el Congreso brasileño mientras participaban en una manifestación contra Lula da Silva https://t.co/sEKfFUDiUr
— Hugo Martínez Abarca (@hugomabarca) January 8, 2023
¿Una izquierda en EEUU buscando
aliados para salvar la democracia?
En este contexto, la representante Pramila Jayapal, representante demócrata por Washington, jefa del Caucus Progresista del Congreso, dijo que Lula quería movilizar fuerzas de izquierda contra "una red internacional de personas y movimientos de derecha" que busca "tomar el control de países democráticos".
Un paso inicial puede darse a finales de este año, con un posible viaje a Brasil de los progresistas del Congreso.
El representante, Ro Khanna, de California, un líder liberal de la Cámara, quien también se reunió con Lula, dijo que el presidente brasileño instó a los legisladores tres veces a visitarlo.
Khanna dijo que le había pedido a su personal que explorara otros foros internacionales, donde los progresistas estadounidenses deberían hacer sentir su presencia.
La exhortación de Lula representa un desafío pendiente para la izquierda estadounidense. Pues a pesar de toda la influencia que han ejercido en la política interna, los demócratas de izquierda aún no han logrado articular una agenda transnacional distintiva.
Esa ha sido —hasta ahora— una labor que no ha brindado los frutos esperados, ni alcanzar progresos; es decir, una oportunidad perdida.
Expresidente Donald Trump, apoya al mejor presidente de la historia de Brasil! todos a votar por Jaír Bolsonaro! Muera el foro de São Paulo! Abajo Lula Da Silva! Muera la izquierda parasita! Viva Brasil sin comunistas ! Viva la libertad! pic.twitter.com/9VYPRL9AHc
— JC ? (@Jali_Cotrina) October 2, 2022
Democracia vs la autocracia
No es que a los progresistas no les importe el resto del mundo. Simplemente tienden a abordarlo como una serie dispersa de puntos críticos y causas favoritas. Esto sin contar una historia más universal sobre las luchas del Siglo XXI.
En Washington, muchos progresistas han adoptado la narrativa elegida por el presidente Joe Biden, sobre una gran contienda entre la democracia y la autocracia.
Esto mientras lamentan el abismo entre la retórica de Biden y su tolerancia hacia tiranías estratégicamente útiles, como Arabia Saudita.
Sin embargo, solo han hecho intentos intermitentes de diseñar una agenda de izquierda general, que comienza con el cambio en los Estados Unidos y se extiende por todo el mundo.
A 2 años del asalto al Capitolio por parte del trumpismo en EUA, miles de seguidores del expresidente, Jair Bolsonaro, asaltaron las sedes del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo de Brasil, exigiendo un golpe de Estado contra Lula da Silva. pic.twitter.com/obbNcqyBEb
— Lucy Bravo (@BravoLucy) January 8, 2023
En resumen
Así, pues, Lula da Silva, podría estar en una posición única —entre los líderes extranjeros— para convocar a la izquierda estadounidense a las barricadas.
Incluso antes de su regreso al poder, Lula ocupaba un lugar especial en la imaginación de los progresistas estadounidenses.
Es decir, un cruzado populista, en una de las democracias más grandes del mundo, un defensor de la Amazonía, un izquierdista estadounidense abierto durante la era de George W. Bush.
Su encarcelamiento en 2018, resultado de un cuestionado proceso por corrupción, lo convirtió en un mártir político.
Pero ese encarcelamiento de Lula fortaleció su relación a larga distancia con legisladores de tendencia izquierdista en Washington.
El presidente Biden y Lula tienen profundos desacuerdos políticos, sobre todo en cuando a Ucrania. Sin embargo, por ahora, han silenciado sus diferencias, a favor de presentar un frente unido contra las fuerzas locales de autocracia e insurrección.
Además, en la Casa Blanca, cada uno aclamó al otro como "un campeón de la democracia".