En el pasado Beijing tuvo fama de ser una de las ciudades más contaminadas del mundo. Pero ahora sus cielos son mayormente azules, lo que evidencia que China inicia una nueva era de aire limpio.
El Político
Conforme al sitio informativo de la cadena noticiosa CNN, en días pasados el Ministro de Ecología y Medio Ambiente del país asiático, Huang Runqiu, confirmó la novedad. Declaró que el azul de Beijing. El amplio reportaje informativo lo acreditan los autores Jessie Yeung, Nectar Gan y Steve Georg.
Aunque las ciudades chinas han encabezado durante mucho tiempo las clasificaciones mundiales de la peor calidad del aire del mundo, han mostrado una mejora constante a lo largo de los años. Sobre todo desde 2013.
En efecto, Beijing solo registró diez días de fuerte contaminación del aire el año pasado, dijo Huang, una caída de casi el 80% desde 2015. Fotos recientes de Beijing muestran cielos azules despejados y sol de verano, una vez una rareza en la ciudad de aproximadamente 21 millones de residentes.
Del "apocalipsis del aire" a los cielos azules. La lucha de Beijing por un aire más limpio es una victoria poco común para la disidencia pública
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Beijing en el "apocalipsis del aire"
El cambio en la calidad del aire de Beijing ilustra el éxito de la campaña contra la contaminación del país desde que comenzó en 2013. Ese fue el año de la infame "escasez de aire" de Beijing. Entonces el smog empeoró tanto que los niveles de PM2,5, un contaminante microscópico, alcanzó los 900 microgramos por metro cuadrado. Es decir, 90 veces más alto que el nivel diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
El "apocalipsis del aire" atrajo la atención de los medios globales y forzó que el tema pasara a la agenda principal de China. Tanto, que una cervecería local emprendedora incluso le puso su nombre a una cerveza, prometiendo descuentos en los días con smog.
Durante años la contaminación en la capital se había denominado eufemísticamente "niebla". Pero ahora, armados con nueva información sobre los efectos peligrosos de la mala calidad del aire, los residentes ya no estaban dispuestos a tolerar días de dificultad para respirar.
"No era simplemente la irritante tos de Beijing lo que atacaba a los residentes a diario, era algo mucho peor", dijo Daniel Gardner, profesor emérito de Smith College y autor de “Contaminación ambiental en China: lo que todos necesitan saber”.
Términos como PM2,5 pronto se convirtieron en parte del vocabulario cotidiano. Ya que las personas comenzaron a organizar sus vidas en torno a los diferentes niveles de contaminación. Y en la medida que crecía la conciencia pública, comenzaron a surgir protestas contra las plantas de carbón en ciudades como Kunming y Shenzhen.
Fuente: CNN