El nuevo presidente de los Estados Unidos Joe Biden, al menos de entrada, cumplió con una de las promesas de campaña: En su primer día en el cargo mandó al Congreso un proyecto de ley de reforma migratoria.
El Político
Dicha legislación podría cambiar el estatus migratorio de al menos 10 millones de indocumentados que viven en los Estados Unidos.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho y habrá muchas piedras en el camino tras arriesgarse a esta operación tan grande.
El primer riesgo lo asume directamente el mandatario Joe Biden, quien se juega su prestigio al intentar poner en marcha un complicado plan.
Hay un problema fundamental: Estados Unidos es la nación más afectada por la pandemia del coronavirus y en el Congreso también se debe discutir un plan para aprobar $1.9 billones de dólares de alivio económico.
En un Congreso tan dividido como el actual que se implementen tantas leyes podría resultar algo imposible. Esto es precisamente lo que tiene a los latinos preocupados de que Biden pueda cumplir.
“Esta no puede ser una situación en donde una simple propuesta de ley visionaria, una propuesta de ley mensaje, se envíe al Congreso y no suceda nada con ella”, dijo Marielena Hincapié, directora del Centro Nacional de Leyes de Inmigración al portal El Nuevo Herald.
“Hay una expectativa de que cumplirán y de que hay un mandato ahora para que Biden sea pro inmigrante sin arrepentimiento y tenga un imperativo político para hacerlo, y los demócratas también”.
En el caso que los latinos se lleguen a sentir traicionados las consecuencias políticas para los demócratas podrían ser catastróficas por mucho tiempo.
El bloque electoral que más crece en los Estados Unidos es precisamente el latino y los demócratas juegan con fuego si no cumplen.
Fuente: El Nuevo Herald