La necesidad tiene cara de hereje, dice un viejo refrán. En Cuba conocen exactamente el rostro de la necesidad y se ingenian los más novedosos oficios para evitar empobrecerse más. Vivir en un régimen comunista obliga al ciudadano a hacer de todo para sobrevivir dignamente.
El Político
Los oficios más insólitos se consiguen en Cuba. En las calles hay desde arregladores de cacharros hasta cambiadores de monedas para tomar el bus. Ninguno gana cantidades astronómicas de dinero, pero lleva algo para el sustento del hogar.
ADNCuba dialogó con algunos exponentes de los oficios poco comunes. Buena parte de ellos son personas mayores. De cada historia se deduce que el castrismo, en más de 60 años, no ha podido doblegarlos del todo. Se resisten a ser más pobres y batallan cada día por la dignidad y el sustento.
Historias de supervivencia
Los jóvenes se rebuscan con la tecnología. La reparación de celulares y computadoras, así como todo tipo de trucos para garantizar la conexión a Internet son su fuerte, según Hispanopost.
Ellos se redondean los ingresos mediante negocios independientes de sus profesiones. Ese oficio se llama cuentapropistas. Su principal queja es que el Gobierno cubano les pone trabas para desarrollar los negocios.
Las personas mayores, a falta de conocimientos en tecnología, son las que más se dedican al cambio de monedas en paradas de buses. Por cada peso que cambian les quedan 20 centavos de ganancia.
El negocio funciona porque los buses no tienen sistema para dar dinero de vuelta. Si una persona se sube con un peso, debe depositarlo entero. El viaje le cuesta más del doble. En cambio, el cambista le da las dos monedas que necesita para el viaje de ida y vuelta y se queda con el peso entero. En cada transacción gana 20 centavos. Se necesita estar todo el día de cambista para poder hacer una suma de pesos que alcance para la comida.
Aunque parezca increíble, en Cuba todavía existe el oficio de cambiar oro y plata a domicilio. En otras naciones ese tipo de rebusque desapareció en los años 70 del siglo pasado.
Otros trabajos particulares son los llamados buzos del limpio, que se sumergen en lo profundo del mar para buscar dinero y joyas que pierden los turistas en los balnearios.
Por último están los limpiadores de calderos que se han puesto negros de tanto que se cocina en ellos.
Los rebusques, resuelves u oficios insólitos son el pan de cada día en Cuba. Las personas no se resignan a vivir con lo poco que establece el Gobierno.