Entras tantas cosas que pasa en el país, en medio de la crisis, la inseguridad y la escasez, se ha registrado en menos de dos meses que dos jet privados de "enchufados" del régimen de Nicolás Maduro salieron de pistas venezolanas para no volver a tocar tierra firme. Su destino final, lamentablemente fue el Mar Caribe.
El primero de ellos se precipitó a pocos metros de la península de Macanao, en Nueva Esparta, el segundo cayó a cinco millas náuticas de Naiguatá, estado Vargas, donde catorce fueron las víctimas entre ambos siniestros aéreos, todos ligados al gobierno venezolano.
El YV2896
El primero de ellos se precipitó el 4 de julio de este año a pocos metros de la península de Macanao, en Nueva Esparta, en el que viajaban nueve personas: cinco pilotos, un técnico, un sobrecargo y dos pasajeros adicionales.
Después de largas horas, las labores de búsqueda fueron abandonadas, y pese a la protesta de los familiares no se retomaron, así quedaron nueve cuerpos en el fondo del mar tras caer el jet marca Gulfstream, modelo Aerospace G-1159A, matrículas YV-2896. Se trataba del capitán mayor, Alex Durán y los tripulantes Miguel Brito, Kenin Porte, René Ramírez. Además de dos pasajeras, Daniela Sparacino y María Ridzewsky.
El YV3191
La segunda aeronave convertida en tragedia cayó la madrugada del sábado 19 de agosto, en las costas de Vargas, al despegar desde Maiquetía. Se trataba de un Lear Jet 25, siglas YV3191, donde viajaba Miguel Pérez, hijo del ministro de Comercio Exterior, Miguel Pérez Abad y el connotado empresario Luis Picardi, en este caso, el rescate se logró en tiempo récord.
Aunque Néstor Reverol, ministro de Interior, Justicia y Paz, fue la voz oficial que dio a conocer el trágico accidente, se desconocen los detalles, el silencio por parte del gobierno ha reinado. Solamente el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas dirigió condolencias a su compañero de gobierno, Pérez Abad, de resto no hay más información.