Cada año se paga un billón de dólares en sobornos y se calcula que se roban anualmente 2,6 billones de dólares mediante la corrupción, suma que equivale a más del 5% del producto interior bruto del mundo.
El Político
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, también se estima que en los países en desarrollo, debido a la corrupción, se pierde una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo.
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La corrupción es un delito grave que frena el desarrollo económico y social en todas las sociedades, y ningún país, región o comunidad es inmune a este delito.
En octubre del año 2003, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante una Resolución "decide que, a fin de aumentar la sensibilización con respecto a la lucha contra la corrupción, así como del papel que puede desempeñar la Convención para combatirla y prevenirla, se proclame el 9 de diciembre como Día Internacional contra la Corrupción".
“La corrupción engendra más corrupción y fomenta una cultura destructiva de impunidad. La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción es uno de los principales instrumentos de los que disponemos para avanzar en esta lucha. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 y sus metas también ofrecen pautas para la acción", expresó recientemente António Guterres, Secretario General de la ONU.
Socava la democracia
Según la ONU, "La corrupción es una plaga insidiosa que tiene un amplio rango de efectos corrosivos en las sociedades. Socava la democracia y el mandato de la ley, lleva a violaciones de los derechos humanos, distorsiona los mercados, erosiona la calidad de vida y permite florecer el crimen organizado, el terrorismo y otras amenazas para la seguridad humana”.
Añade que “La corrupción perjudica desproporcionadamente a los pobres al desviar fondos destinados al desarrollo, debilitando la capacidad del gobierno para proporcionar servicios básicos y desalentar la ayuda exterior y la inversión”.
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Unidos contra la corrupción
Este año, bajo el lema plurianual "Unidos contra la corrupción", la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que es la agencia de las Naciones Unidas que tiene por objetivo luchar contra las drogas y el crimen organizado transnacional, y apoyada en la Agenda 2030, la ONU sigue su campaña de combate a la corrupción.
Este objetivo se lleva a cabo a través de tres funciones primarias: investigación, persuasión a los gobiernos para que adopten leyes contra el crimen y las drogas así como los tratados, y la asistencia técnica a dichos gobiernos.
Deterioro de los países
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La corrupción es un complejo fenómeno social, político y económico que afecta a todos los países. Por ejemplo, socava las instituciones democráticas al distorsionar los procesos electorales, pervertir el imperio de la ley y crear atolladeros burocráticos, cuya única razón de ser es la de solicitar sobornos.
También atrofia los cimientos del desarrollo económico, ya que desalienta la inversión extranjera directa y a las pequeñas empresas nacionales les resulta a menudo imposible superar los “gastos iniciales” requeridos por los corruptos.
La corrupción impide el crecimiento económico al elevar los costos y socava la gestión sostenible del medio ambiente y los recursos naturales; quebranta los derechos humanos fundamentales, agrava la pobreza e incrementa la desigualdad al desviar fondos de la atención de la salud, la educación y otros servicios esenciales.
Los efectos perniciosos de la corrupción los sienten miles de millones de personas en todo el mundo. Es fruto de la actividad criminal, el mal funcionamiento de las instituciones estatales y gobiernos débiles y corruptos.
Disminuye el ingreso per cápita
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Se sabe que en los países en los que se perciben altos niveles de corrupción, el ingreso per cápita es menor; la distribución del ingreso es más injusta; hay bajos niveles de inversión extranjera y nacional, así como bajos niveles de crecimiento económico. El grado de desarrollo de un país está relacionado negativamente con los niveles de percepción de la corrupción, por lo que se puede decir que ésta es una de las características del subdesarrollo.
La corrupción hace que se destinen recursos públicos a proyectos en los que hay más probabilidades de obtener un beneficio personal a costa de las prioridades del desarrollo del municipio, del estado o del país.
Acaba con la seguridad jurídica
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El relajamiento en las normas jurídicas promueve la corrupción, favorece el fraude, la evasión fiscal y el crecimiento de economías informales. La corrupción también lastima a los sistemas de procuración e impartición de justicia y reduce en general la calidad de los servicios públicos.
La corrupción no solamente genera más corrupción, sino que promueve la impunidad y limita la capacidad de los gobiernos para combatirla, creando un círculo vicioso que de no detenerse, puede crecer y volverse incontrolable.
Convención contra la corrupción
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Además de crear la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la ONU aprobó en el año 2003 la Convención contra la Corrupción.
Este documento abarca cinco áreas principales: prevención; criminalización y aplicación de la ley; cooperación internacional; recuperación de activos; la asistencia técnica y el intercambio de información.
Como el único instrumento universal y jurídicamente vinculante contra la corrupción, la Convención tiene un gran potencial como marco para la prevención y lucha contra la corrupción. Por otra parte, como el eje de las iniciativas nacionales e internacionales de lucha contra la corrupción, promueve la implementación y aplicación de las normas comunes y mejores prácticas.
La letra de la Convención es jurídicamente vinculante para los países que han ratificado o se han adherido a ella, y sus valores y principios vanguardias le son aplicables al más amplio espectro de la sociedad. En el ámbito de la recuperación de activos, en particular, la Convención contra la Corrupción ha trazado un nuevo curso en el derecho internacional.
Hasta ahora, 168 Estados Partes (incluida la Unión Europea) han ratificado o se han adherido a la Convención. El objetivo común es lograr la adhesión universal a la Convención, que es un objetivo alcanzable, teniendo en cuenta el gran número de ratificaciones y adhesiones recibidas en un período corto de tiempo.
Mientras tanto, la aplicación de la CNUCC presenta desafíos significativos para muchos países. Hay mucho trabajo por hacer para lograr la aplicación práctica efectiva de las disposiciones de la Convención y así lograr un régimen mundial eficaz contra la corrupción basada en los principios fundamentales del Estado de Derecho.
El reto de implementar estas disposiciones de la Convención es asegurar la interfaz efectiva de la legislación, la investigación y el enjuiciamiento, tanto en el desarrollo y el mundo desarrollado.
Los Estados miembros deben confiar en la orientación de políticas y asistencia técnica para la aplicación efectiva de la Convención, en particular sus disposiciones innovadoras.
Áreas destacadas de la Convención
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Un capítulo entero de la Convención se dedica a la prevención con medidas dirigidas a los sectores público y privado. Estas incluyen políticas preventivas modelo, como el establecimiento de órganos anticorrupción y una mayor transparencia en la financiación de las campañas electorales y partidos políticos. Los Estados deben esforzarse por garantizar que sus servicios públicos están sujetos al control de seguridad.
La Convención obliga a los países a establecer delitos penales y de otro tipo para cubrir una amplia gama de actos de corrupción, si éstos no son ya los crímenes de derecho interno. En algunos casos, los Estados tienen la obligación legal de establecer delitos, en otros casos, con el fin de tener en cuenta las diferencias en la legislación nacional, están obligados a tener en cuenta al hacerlo. La Convención va más allá de los instrumentos anteriores de este tipo, criminalizando no sólo formas básicas de corrupción.
Los países acordaron cooperar entre sí en todos los aspectos de la lucha contra la corrupción, incluida la prevención, la investigación y el enjuiciamiento de los responsables. Los países están obligados por la Convención para hacer formas específicas de asistencia judicial recíproca en la obtención y transferencia de pruebas para su uso en los tribunales.
En un gran avance, los países coinciden en la recuperación de activos, que aparece de forma explícita como un principio fundamental de la Convención. Esta es una cuestión particularmente importante para muchos países en desarrollo donde la corrupción de alto nivel ha saqueado la riqueza nacional, y donde los recursos son muy necesarios para la reconstrucción y la rehabilitación de las sociedades.
La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción es el único instrumento anticorrupción universal legalmente vinculante. El enfoque de largo alcance de la Convención y el carácter obligatorio de muchas de sus disposiciones la convierten en una herramienta única para desarrollar una respuesta integral a un problema global.
La UNODC brinda asistencia técnica en varias áreas temáticas relacionadas con la corrupción, como la prevención, la educación, la recuperación de activos, la integridad en la justicia penal.
Academia Internacional contra la Corrupción
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En el año 2011, por una iniciativa conjunta de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y la República de Austria, fue fundada La Academia Internacional contra la Corrupción (IACA), que hoy está compuesta por 71 Estados miembros de las Naciones Unidas y tres organizaciones internacionales. Tiene su sede en Austria.
Esta academia pretende contribuir con la lucha contra la corrupción, subsanando las deficiencias que presentan los conocimientos y las prácticas anticorrupción. De esta manera, la organización busca formar una nueva generación de expertos en este campo por medio de una propuesta de enseñanza cuidadosamente diseñada para capacitar a profesionales de todos los sectores de la sociedad.
Ofrece diversos seminarios y cursos de capacitación en materia de lucha contra la corrupción y un programa de master; cursos de capacitación hechos a la medida de las necesidades específicas de los interesados y organiza programas con otros institutos.
Adicionalmente ofrece oportunidades de investigación y una plataforma para el intercambio de experiencias y para la creación de redes de conocimiento.
Una academia regional
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La Academia Regional Anticorrupción para Centroamérica y el Caribe (ARAC) es una iniciativa conjunta de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Transparencia contra la Corrupción de Panamá y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Funciona desde el año 2012 en Panamá siguiendo los estándares y principios de la Academia Internacional Anticorrupción (IACA) en Viena y con el objetivo de consolidarse como un pilar de excelencia en la lucha contra la corrupción. A través de capacitación y asistencia técnica, la ARAC busca promover y desarrollar la capacidad del sector público y otros actores en Centroamérica y el Caribe para prevenir, reducir y combatir la corrupción.
Afortunadamente, el pensamiento sobre la corrupción está cambiando. Hace sólo diez años, la corrupción era un simple murmullo. Hoy en día, los signos de intolerancia hacia la corrupción han aumentado y cada vez más políticos y gerentes generales están siendo juzgados y condenados.
(Con información de ONU)