La prima que Portugal debe pagar respecto a Alemania por endeudarse en los mercados financieros alcanzó su máximo nivel en siete meses, antes de una revisión de rating que servirá como preludio de una prueba más crucial sobre la credibilidad del país el mes que viene.
No se espera que Standard and Poor’s cambie su calificación de Portugal el viernes – en bono basura-, pero cualquier advertencia sobre su economía – como la del jueves del supervisor presupuestario de Portugal – podría alimentar el temor de que DBRS elimine la última calificación de grado de inversión del país, que Lisboa necesita para poder participar en las compras de deuda del BCE del 21 de octubre.
Perder el apoyo del banco central podría aumentar las expectativas de un segundo rescate a Portugal en cinco años, mientras el gobierno antiausteridad se enfrenta a una crisis bancaria y los problemas con Bruselas sobre su déficit presupuestario.
Medios locales informaron el jueves de que el primer ministro Antonio Costa rechazó las afirmaciones de que habrá otro rescate, pero analistas en Commerzbank (DE:CBKG) dijeron que la mera mención de la palabra espantaba a inversores.
"Podría convertirse en una profecía autocumplida", dijo David Schnautz, estratega de Commerzbank.
Mientras que otros bonos de la zona euro caían el viernes, el bono a 10 años portugués sumaba 10 puntos básicos al 3,52 por ciento, el más alto desde febrero, cuando surgieron temores sobre la salud de la banca europea.
La subida del jueves supone el mayor aumento desde la votación de Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea del 24 de junio que desestabilizó a los mercados.
Es en este contexto, los inversores están prestando mucha atención a una evaluación rutinaria del rating del país de Standard and Poor’s, que saldrá al cierre del mercado el viernes.
Standard & Poor’s actualmente califica a Portugal por debajo del grado de inversión en el "BB+", con perspectiva estable. Pero dijo en su última revisión en marzo que esperaba que la recuperación de Lisboa se moderara a lo largo de 2016.
Moody’s, que mantiene el mismo rating y perspectiva que S&P, dijo esta semana que el frágil sector bancario, la titubeante economía y la alta deuda estaban aumentando las presiones a la baja del rating del país.
Similares advertencia de S&P no auguran buenas señales para los grandes test del mes que viene.
Primero, la coalición de gobierno de Lisboa tiene hasta el 15 de octubre para enviar su presupuesto para 2017 a la Comisión Europea. Analistas dicen que mantener a todos los partidos contentos a la vez que se aprietan el cinturón para cumplir con las exigencias de Bruselas podría ser muy difícil.
Si esto crea más fricciones con Bruselas, podría aumentar las dificultades para la segunda gran prueba la semana siguiente, cuando DBRS revise el rating de Portugal.
El rating de DBRS de BBB (bajo) para Portugal — la única que le concede el grado de inversión de las cuatro agencias de rating reconocidas por el BCE – ha sido vital al permitir que la deuda portuguesa se mantenga dentro del programa de compra del Banco Central Europeo de 1,7 billones de euros.
El rating cuenta con una perspectiva estable, lo que da a Lisboa espacio para respirar, pero el director de rating de deuda soberana de DBRS dijo a Reuters el mes pasado que se estaban acumulando presiones sobre la credibilidad de Portugal.
Con información de Investing