Única superpotencia, principal economía, mayor poder militar, el país con la mayor influencia en las instituciones internacionales y sede de las mejores universidades; Estados Unidos acumula títulos que le permiten subirse al podio en una larga lista de categorías mundiales.
Sin embargo, el país más poderoso del planeta también padece de una serie de importantes problemas internos. Se trata, en muchos casos, de asuntos que paradójicamente han sido resueltos en países menos ricos: desde un disfuncional sistema de salud hasta las crónicas fallas de una infraestructura que tuvo sus tiempos de gloria hace varias décadas y que ahora requiere de una urgente modernización.
¿Se encuentra Estados Unidos en decadencia como lo estuvo la Antigua Roma? Estos son algunos de los desafíos a los que deberá enfrentarse el sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca.
Salud precaria
"Ésta es la más importante legislación social desde la creación de la Seguridad Social en 1930″, aseguró el presidente Barack Obama en diciembre de 2009, cuando el Senado aprobó la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, que establecía la reforma sanitaria popularmente conocida como Obamacare.
Una infraestructura envejecida
"¿Vas a viajar por carretera este verano? Disfruta de la deteriorada infraestructura de Estados Unidos". Ese era el título de un reportaje publicado en julio pasado por el diario británico The Guardian, que envío a una de sus reporteros en un viaje por tierra de Nueva York a Los Ángeles para comprobar de primera mano el mal estado en el que se encuentran las carreteras.
La Sociedad Estadounidense de Ingeniería Civil publicó en 2013 un informe en el que evalúa el estado de la infraestructura de todo el país en 17 categorías distintas y les va adjudicando notas con letras al estilo de los reportes escolares en ese país: A, para excelente; B, para bueno; C, para mediocre; D, para precario; y F, para fallido.
Más pobreza y desigualdad
La llamada "tierra de las oportunidades" parece haber dejado de cumplir con su promesa. La idea de que en Estados Unidos todos tienen posibilidades de progresar se aleja cada vez más de lo que indican las estadísticas.
Según el último informe "El Estado de la Unión", publicado en marzo pasado por el Centro de la Universidad de Stanford sobre Pobreza y Desigualdad, quienes nacen en familias de altos ingresos resultan mucho más beneficiados en Estados Unidos que quienes pertenecen a familias pudientes en otros países desarrollados.
El estudio elabora una clasificación a partir de variables como el mercado laboral, la pobreza, la red de protección social, la desigualdad y la movilidad económica.
Tensión racial
Paradójicamente, luego de que el primer presidente negro haya pasado ocho años en la Casa Blanca, las relaciones interraciales en Estados Unidos están en uno de sus momentos más difíciles de las últimas décadas.
"El fenómeno Donald Trump se ha nutrido del resentimiento contra el primer presidente negro" de EE.UU., Barack Obama
De acuerdo con un estudio del Pew Research Center publicado en junio pasado, 61% de los afroestadounidenses y 45% de los blancos consideran que las relaciones interraciales en el país son "generalmente malas".
Solo 8% de los negros consideran que en el país se han hecho los cambios necesarios para darles igualdad de derechos que a los blancos y 43% considera que estos cambios nunca ocurrirán.
Los cambiantes retos de la seguridad
El pasado sábado 17 de septiembre, 29 personas resultaron heridas por la explosión de una bomba artesanal colocada en una calle de Manhattan. Al día siguiente, domingo 18, en una acción reivindicada por el autodenominado Estados Islámico, un hombre armado con un cuchillo apuñaló a 8 personas en un centro comercial en Minnesota.
La explosión de una bomba casera en Manhattan en septiembre reavivó las preocupaciones de los habitantes de Nueva York por su seguridad.
El lunes 19, las autoridades hallaron unos cinco artefactos explosivos en una mochila abandonada en la estación de trenes de Elizabeth, en Nueva Jersey.
Esta seguidilla de actos reavivaron en los ciudadanos los temores que les acompañan desde que Estados Unidos se sintió vulnerado con los ataques en Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001.
Esos atentados cambiaron la percepción de seguridad que tenían los estadounidenses al punto que 80% de los votantes para las próximas elecciones presidenciales consideran el tema del terrorismo como "muy importante" a la hora de definir su voto. Se trata de la segunda preocupación de los estadounidenses, sólo superada por la situación económica.
Con información de BBC Mundo