El mayor aporte de las elecciones municipales brasileñas ha sido la incorporación a la política de todos los sectores que hasta hace muy poco permacìan marginados del poder público.
El Político
Los análisis de los resultados electorales de las municipales brasileñas han dado pie a toda clase de análisis, lo cierto es que muchos tendrán que medirse en una segunda vuelta, otros aprendieron que son débiles y deben asumir estrategias unitarias y la más significativa es que la gente optó por los candidatos locales y conocidos.
Un hito para la comunidad LGBTIQ, es que son las primeras elecciones municipales en la historia del país en las que las candidatas y candidatos trans pueden optar por su nombre de uso común en las urnas. La norma se aprobó hace dos años y permitirá que los electores no los vean con sus nombres de nacimiento (irreconocibles para muchos) en el cartón de votación.
La viuda de una lìder asesinada es concejal
La debutante de 37 años, Aghata Ferreira, del MDB (Movimiento Democrático Brasileño), máximo representante del denominado Centrão –grupo de partidos de centroderecha en el Congreso Nacional–, logró un cargo de concejala en la ciudad de Criciúma, Estado de Santa Catarina.
No son enfermos mentales
No fue hasta el 2018 que la OMS excluyó la transexualidad de la lista de trastornos mentales de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) lo que le ha dado a las personas trans mayores oportunidades políticas, sociales y económicas.
La situación de las personas trans en América Latina ha evolucionado favorablemente en muchos países, pero la violencia sigue siendo el pan del día. En este contexto, Brasil se configura como un país de grandes contradicciones frente a esta comunidad trans.
Por un lado, resulta llamativa la aceptación social y visibilidad de personas LGTB en los espacios públicos. Un ejemplo claro es que, en la ciudad de San Pablo, se celebra anualmente el LGBT Pride-Parade más grande del mundo. Esto contrasta absolutamente con la violencia a la se ven expuestas las personas trans.
Según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas de Transrespect.org, 1.953 personas trans han muerto entre 2008 y 2020, el 78% de las cuales, es decir 1520, fueron asesinadas en Brasil. En estas circunstancias tan difíciles, el aumento de la representación de esta comunidad en las elecciones es importante para su protección y reconocimiento en el país y en la región entera.
De todos los partidos
Sorprende el hecho de que los candidatos y candidatas trans en estas elecciones municipales vengan de diferentes partidos de derecha, izquierda y centro.
Keila Simpson, presidenta de la La Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), ha declarado a diferentes medios en Brasil que el aumento de la participación de la población trans en la política está relacionado con la urgencia de combatir la violencia contra mujeres y hombres transgénero en Brasil.
La misma organización estima que el 90% de las personas trans en Brasil han tenido que recurrir a la prostitución para sobrevivir, por lo que acceder a un trabajo formal es fundamental para evitar que esta situación se prolongue.
Para Simpson, el despertar político de la comunidad trans obedece también a la necesidad de disminuir la violencia contra la comunidad: entre más candidatos ganen, más clara será la victoria de una población históricamente marginada.
Violencia y esperanza, elecciones en disputa
La pelea por los votos ha hecho que la violencia en Brasil escale. Solo en el último mes, dos candidatos y tres trabajadores de campañas políticas aparecieron muertos, un concejal fue baleado y se registraron cuatro crímenes con motivaciones políticas.
Estos episodios se suman a los 82 militantes y candidatos asesinados en lo corrido del año en Brasil. Así, entre más se acercan las elecciones, más se agudiza la violencia en el país.
Por otro lado, los comicios del domingo 15 de noviembre sirvieron de examen a las gestiones locales, pero también la fuerza de los dirigentes que quieren posicionarse en la casilla de salida para las elecciones presidenciales de 2022. Jair Bolsonaro o del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva no pueden controlar los liderazgos regionales.
A diferencia de otros países, en Brasil las elecciones municipales no son elecciones a medio término porque no son legislativas ni funcionan como referendo. Por eso, estas elecciones dejan ver cómo se van posicionando los partidos de cara a las presidenciales de 2022.
Estos comicios se juegan entre las conquistas de las minorías (también el número de candidatas y candidatos negros rompe records en estas elecciones) y las peleas por el premio máximo del 2020.
En Espíritu Santo, una lista electoral de mujeres transgénero concurre por el Partido de la Mujer Brasileña (PMB), ideológicamente alineado a la derecha, a la alcaldía de Cariacica, ciudad con casi 390.000 habitantes en la región metropolitana de Vitória.
Bianca Biancardi, de 52 años, y su segunda, Josi Milagre, se identifican con el ultraconservador presidente Jair Bolsonaro, a quien la candidata apoyó en la segunda vuelta de las elecciones generales de 2018, especialmente por la bandera de la lucha contra la corrupción.
A su juicio, las declaraciones transfóbicas del mandatario brasileño son cosa del pasado. “Soy votante de Bolsonaro y me siento representada por él. Vivíamos una política muy corrupta. Eso me desanimaba. Las declaraciones homofóbicas que hizo, todos lo saben, son cosa del pasado”, afirma Bia (como prefiere que le llamen), empresaria y dueña de un salón de belleza en la ciudad hace 35 años.
La oportunidad que tuvo la candidata de trabajar en un salón de belleza con 17 años, pocos años después de empezar a identificarse con el género femenino, es algo que valora mucho. Poder trabajar con contrato, subraya, es fundamental para evitar que las personas trans tengan que recurrir a la prostitución para sobrevivir.
La Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA) estima que el 90% de las personas trans recurre, al menos una vez en la vida, a esta actividad en Brasil. “Son chicas abandonadas por sus familias, que dejan el colegio y que no estarían en la calle si tuviesen una oportunidad”, opina la candidata.
Bia elogia el trabajo de la ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves, para mejorar la empleabilidad de la población trans. “Tiene ese proyecto de capacitar a las chicas trans en el área de tecnología, que es algo que quiero copiar en Cariacica. Lo bueno hay que copiarlo”, dice.
Recientemente, la candidata denunció su exclusión de un acto electoral, por parte de la bancada evangélica del municipio. “Fue por ser una mujer transgénero. Soy cristiana católica y, aun así, fui excluida”, lamenta.
A mediados de octubre, los participantes de un seminario online sobre las elecciones promovido por la Alianza Nacional LGBTI+ fueron víctimas de zoombombing. Es decir, el acto fue invadido y, en la pantalla, aparecieron mensajes e imágenes de tinte nazi y discriminatorios. “Eso denota que, aunque esas candidaturas lleguen, también son más atacadas. El status quo es sensible a cualquier clase de movimiento que venga con la intención de cambiarlo”, recalca la profesora Ana Cláudia Santana.
La presidenta de la ANTRA, Keila Simpson, refuerza que el aumento de la participación de la población trans en la política está relacionado con la urgencia de combatir la violencia contra mujeres y hombres transgénero en Brasil.
El país lidera el triste ranking de la ONG Transgender Europe de países que más matan a personas trans. Solo en mayo de este año hubo 38 asesinatos. “Eso hizo que la gente empezara a luchar en los partidos políticos para conseguir encontrar un camino para reducirlo. Hay un despertar político de las personas trans. Los cuerpos trans ya son políticos por naturaleza, pero disputar unas elecciones es una victoria contra todo y todos, de una población relegada al margen”, dice Simpson.
Según la presidenta de ANTRA, el espacio para personas trans es distinto en cada municipio, lo que explica la adhesión a partidos de ideologías tan diferentes. “Obviamente, para nosotras, optar por la derecha y la extrema derecha es una sorpresa, pero no lo condenamos. Probablemente fue ese el espacio que se les abrió y ellas agarraron la oportunidad”.
Como plan de futuro, la ANTRA pretende realizar cursos y seminarios de formación política. “Instruidas, informadas y conocedoras de las ideologías de cada sigla, podrán comprender el espectro político. Ser de derechas, de izquierdas o de centro, es una decisión personal", dice Simpson y zanja: "Queremos formar un colectivo de personas aún más fortalecidas para disputar futuras elecciones”.
Una campaña distinta
Pero mientras transcurren las elecciones, Brasil es el tercer país con más casos de Covid-19 en el mundo, que se debate entre seguir el camino de la ultraderecha de Bolsonaro, conocido como el “Trump tropical”, o abrirle paso a un posible "Biden tropical", aunque de momento no haya un claro candidato al puesto.http://dw.,, http://france24.
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