En las 22 provincias cumplen con el deber obligatorio de votar para elegir candidatos presidenciales, parlamentario y líderes regionales en un país militarizado desde hace varios días.
El Político
El poder, por pequeño que parezca, es la mejor vía para hacer negocios en muchos países latinoamericanos, no es de extrañar que las elecciones primarias que se realizan hoy en Argentina haya despertado tantas pasiones.
Según El Clarín argentino "Estas PASO se han convertido en una virtual primera vuelta porque sus números influirán, y mucho, de aquí a octubre. Las fórmulas principales, y las no tanto, llegan exhaustas a esta confrontación, pensadas por la astucia de Kirchner como una forma de evitar que los peronistas perdidosos en las internas corrieran a postularse aliarse u ofrecerse, para debilitar a los ganadores. Como en tantos temas centrales y sensibles, el kirchnerismo presentó este instrumento como una herramienta democratizadora cuando en verdad buscaba sofocar las clásicas disidencias internas."
La crisis centra el debate
La crisis económica y sobre todo, el modo de salir de ella, es el centro del debate. Kitchner apela al populismo, mientras el equipo de Macri cuenta voto por voto en cada poblado y muchos lamentan que la candidata por Buenos Aires no haya sustituido a Macri conocedor de la impotancia del voto bonaerense.
La inestabilidad cambiaria centra las primarias en las que Mauricio Macri y Alberto Fernández medirán sus fuerzas. De algún modo se enfretan el populismo heredado de Perón y el libre mercado que defienden las élites.
Dólar protagonista
Según el diario el país, el gran elector es el dólar protagonista en el debate del primer tramo de la carrera electoral argentina.
"Las primarias obligatorias del domingo (PASO) servirán para medir las fuerzas de Mauricio Macri y de Alberto Fernández, con la divisa estadounidense como tótem. Cualquier subida, como la registrada el lunes, favorece en principio a la candidatura kirchnerista, y una victoria clara de la oposición podría propiciar una ulterior caída del peso que pondría las cosas aún más difíciles para Macri. Todas las miradas están en el billete verde.". analiza El País.
Alberto Fernández, el candidato a la presidencia a quien acompaña Cristina Fernández de Kirchner como aspirante a la vicepresidencia, lleva días haciendo esfuerzos muy poco disimulados para debilitar al peso frente al dólar. La inestabilidad financiera le conviene. . Sus palabras no tuvieron demasiado efecto, pero la crisis monetaria internacional del lunes, tras la devaluación de la divisa china, sí lo tuvo.
Mantener la calma
El Gobierno intenta mantener la calma. El lunes halló consuelo en que todas las monedas de la región cayeron de forma similar y señaló, a través del vicejefe del Gabinete, Andrés Ibarra, que la economía argentina es más sólida que hace meses. Macri confía, sobre todo, en los 5.000 millones de dólares que el Banco Central tiene preparados para intervenir en los mercados y mantener el pulso del peso de aquí al domingo.
Mientras Fernández dice que el dólar ha de subir, el candidato centrista Roberto Lavagna, ministro de Economía durante la recuperación tras el colapso financiero de 2001 y 2002, dice que el dólar está muy caro y debe bajar. “El dólar está en niveles adecuados”, explica Marcos Buscaglia, antiguo economista jefe de Bank of America-Merrill Lynch para América Latina y prestigioso analista. “Argentina está revirtiendo con rapidez su déficit por cuenta corriente y en el primer semestre registró un superávit comercial de 5.500 millones”, añade.
Buscaglia admite, sin embargo, que si los resultados del domingo hicieran prever una victoria peronista en octubre, el peso entraría de nuevo en crisis.
Si la candidatura peronista se acercara al 45% de los votos, los mercados financieros considerarían como probable una derrota de Macri en las presidenciales y se produciría una fuga de capitales hacia el refugio del dólar, lo que complicaría aún más la situación del actual presidente, respaldado por Washington, por el Fondo Monetario Internacional (que en septiembre prestó a Argentina 57.000 millones de dólares) y por el presidente brasileño Jair Bolsonaro.
Macri confía en que exista un voto oculto a su favor, un voto teñido de vergüenza (no es fácil justificar el apoyo a la candidatura de un presidente bajo el que se ha hundido la moneda, se ha disparado la inflación y se ha caído en recesión) en una crisis heredada por políticas populistas anteriores.
Por el momento, los sondeos siguen pronosticando una victoria estrecha de la oposición, de entre dos y cinco puntos, en las primarias del domingo. Perder por dos puntos le sabría casi a victoria. Perder por cinco constituiría una señal muy peligrosa y le obligaría a afrontar entre turbulencias financieras la recta final hasta las elecciones.