El último reporte del Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán detalla las políticas fallidas y los errores de cálculo de EEUU en las dos décadas de su intervención en la atribulada nación de Medio Oriente, que culminó la semana pasada con el colapso del Gobierno afgano a manos de los talibanes y la dramática evacuación de la embajada estadounidense en Kabul.
El Político
Las críticas contra la Administración que preside Joe Biden no han cesado por su pobre manejo de la retirada de EEUU, que ya había sido pactada por el expresidente Donald Trump.
Algunos apuntan a que la simbólica fecha del 11 de septiembre para la salida le restó tiempo para planear una evacuación ordenada y segura, justo cuando comenzaba una fase ofensiva del talibán, reportó Telemundo.
EEUU cometió varios errores
Sin embargo, el informe titulado ‘Lo que necesitamos aprender: lecciones de 20 años de reconstrucción en Afganistán’ da cuenta de múltiples fallas de las tres Administraciones anteriores, que gastaron 145,000 millones de dólares en proyectos socavados por la ineficiencia y la corrupción.
Otros 83,700 millones de dólares se invirtieron en robustecer el Ejército afgano, que terminó por colapsar en cuestión de días.
1. Una cuestión de (falta de) estrategia: ¿a qué se iba a Afganistán?
En un principio, el objetivo era destruir Al-Qaeda, la organización terrorista liderada por Osama bin Laden, que había fraguado los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono, en los que murieron miles de personas en EEUU.
Pero muy pronto evolucionó y se fue ampliando para incluir el combate a los talibanes, un grupo insurgente que servía de apoyo y base social de Al-Qaeda; hasta incluir a los funcionarios corruptos del Gobierno afgano que socavaban esa lucha.
“El Gobierno estadounidense simplemente no estaba equipado para llevar a cabo algo así de ambicioso en un entorno tan intransigente, sin importar el presupuesto”, escribieron los autores del reporte.
2. El problema del tiempo: ¿en qué gastar y cómo?
No hubo uno, sino muchos esfuerzos por reconstruir Afganistán en los 20 años de la ocupación estadounidense. En los muchos proyectos que se emprendieron, indica el reporte, a menudo se privilegiaron las soluciones de corto plazo, como aumentar el número de tropas y de dinero, sobre todo entre 2009 y 2011.
A medida que aumentaban los recursos, también incrementaba la presión por mostrar resultados, por lo que había más incentivos para gastar más y así lograr objetivos que en el largo plazo no eran sostenibles.
“En lugar de reformarse y mejorar, las instituciones y los caciques afganos hallaron formas de apropiarse de los recursos para su propio beneficio, lo que sólo empeoró los problemas que estos programas estaban destinados a solucionar. Cuando los funcionarios estadounidenses finalmente reconocieron esta dinámica, simplemente encontraron nuevas formas de ignorar las condiciones sobre el terreno”, indica el informe.
3. Sustentabilidad: cómo construir instituciones que perduren
Por definición, una institución es un conjunto de reglas que perduran, no una ayuda humanitaria o recursos que se agotan y dejan de servir.
A pesar de los millones de dólares que se invirtió en entrenar a los funcionarios del nuevo Gobierno afgano y en proyectos sociales y de infraestructura, estos no pudieron acoplarse con la exigencia estadounidense de resultados rápidos.
A medida que las tropas y los fondos estadounidenses comenzaron a recortarse, el Gobierno afgano fue incapaz de contener a los insurgentes por sí solo.
4. El problema del personal: cómo conseguir a la gente adecuada en el lugar adecuado
Conseguir a los profesionales adecuados para supervisar los proyectos indicados en el momento propicio fue una de las fallas más notorias de la misión estadounidense de reconstrucción.
“Los asesores del Departamento de Defensa en materia policiaca observaban programas de televisión estadounidenses para aprender sobre la ley y el orden, los equipos de asuntos civiles eran producidos en masa a través de presentaciones de PowerPoint y todas las agencias sufrían sangrías anuales cuando el personal entraba y salía, lo que provocaba que sus sucesores tuvieran que empezar de cero y cometieran los mismos errores una y otra vez”, denuncia el informe.
5. La inseguridad
En casi todo lo que intentaban los funcionarios estadounidenses se toparon con el problema de la inseguridad. No podían organizar elecciones confiables y creíbles porque los votantes eran intimidados, no los dejaban registrarse y el día de la elección cerraban las mesas de escrutinio. Tampoco había inversión ni crecimiento económico por la incertidumbre que provocaba la violencia, sobre todo en las partes rurales.
6. No entender el contexto o el problema de las barreras culturales
Al tratar de imponer un estado de derecho como el que hay en los países más desarrollados, los funcionarios estadounidenses no entendieron la dificultad de imponer normas iguales a una sociedad tan desigual. Mientras que estos buscaban la aplicación de la ley, el 80% ó el 90% de las disputas en Afganistán eran resuelta por medios informales.
“El Gobierno de EEUU forzó torpemente modelos tecnocráticos occidentales sobre las instituciones afganas; las fuerzas de seguridad eran capacitadas en sistemas de armas avanzados que no podían comprender, y mucho menos mantener”, explica el reporte.
“A menudo hubo dificultades para comprender o mitigar las barreras culturales y sociales para apoyar a mujeres y niñas”, agrega.
7. Mejores evaluaciones o "el riesgo de hacer lo incorrecto a la perfección"
La participación de múltiples agencias estadounidenses y organizaciones no gubernamentales dificultó la tarea de coordinar las evaluaciones de una manera rápida y eficiente.
Como la campaña se centró en lograr mucho en el menor tiempo posible, muchas veces se cayó en la ilusión de creer que marcando una tarea como ‘completada’ en los formularios se estaba haciendo un cambio verdadero:
“La ausencia de constataciones periódicas de la realidad creaban el riesgo de hacer lo incorrecto a la perfección: un proyecto se consideraba ‘exitoso’ si completaba ciertas tareas, sin importar si había logrado o contribuido a otros objetivos más amplios”, sentencia el reporte.
¿Cómo luce el futuro en EEUU?
La sociedad afgana ha estado sumida en guerras en las últimas cuatro décadas, desde la ocupación soviética (1979-1988); y después de eso en una cruenta guerra civil y un Gobierno islamista radical de los talibanes; antes de la guerra con Estados Unidos en 2001, que la han desestabilizado y empobrecido.
Aunque en la etapa de reconstrucción estadounidense (2001-2021) hubo logros importantes; como una disminución de la tasa de mortalidad infantil, un aumento del Producto Interno Bruto, mayores tasas de alfabetización; y la conquista de derechos para las mujeres, esto no se reflejó en la creación de un Gobierno legítimo y estable.
Si bien la intervención militar de EEUU ha llegado a su fin, el próximo año se destinarán 3,000 millones de dólares más; a la ‘reconstrucción de Afganistán’, según el monto que se solicitó al Congreso en el último presupuesto.
En este sentido, el reporte del Inspector General afirma que en este se busca plantear preguntas importantes; para que los tomadores de decisiones del futuro aprendan de los errores del pasado.