China manejó mal el COVID-19 en sus inicios. La burocracia del régimen de Xi Jinping entorpeció todo lo relacionado con el tratamiento de los pacientes cuando comenzó la propagación del virus. Así se desprende de "los archivos de Wuhan", una serie de documentos compartidos por la cadena CNN.
El Político
Desde que comenzó la pandemia, se ha sospechado que China manejó mal el COVID-19. Las imágenes de personas que colapsaban y caían muertas en las calles eran asunto diario. Videos del personal de salud que lloraba desesperado, tras días continuos sin poder ir a casa, eran indicio de la gravedad de la enfermedad. Sin embargo, las autoridades chinas minimizaban el brote y decían que lo tenían confinado solo a la provincia de Wuhan.
Posteriormente, la forma en la que el virus se expandió a escala mundial, hizo sospechar nuevamente de que China manejó mal el COVID-19 y ese secretismo con el que actuó tuvo consecuencias no solo para el país, sino para todas las naciones.
Esas sospechas tenían asidero en la realidad y es lo que demuestran "los archivos de Wuhan", informes confidenciales y otros escritos hechos por personal de salud, donde expresan las dificultades experimentadas para tratar la enfermedad.
El manejo estadístico también le sirvió al régimen chino para dar la impresión de que tenía todo controlado. Sin embargo, la realidad distaba mucho de lo que decían las cifras oficiales. Especialistas en materia sanitaria señalan que el régimen de Xi Jinping pretendía mostrar un sistema sanitario eficaz, sin tomar en cuenta el costo de ocultar la realidad a costa de la salud de la ciudadanía.
"Muchos casos sospechosos deberían estar en los casos confirmados. Las cifras que daban eran conservadoras, y esto refleja lo confuso, complejo y caótico de la situación”, dijo un funcionario chino que confirmó la autenticidad de "los archivos de Wuhan".
En estos momentos, cuando Estados Unidos y la Unión Europea presionan a China para que coopere con las investigaciones y que todo salga a la luz, las revelaciones de "los archivos de Wujan" adquieren más relevancia. Lo que se pide a China es que aporte información fidedigna a la Organización Mundial de la Salud sobre los orígenes del virus. Pero el régimen solo ha dado acceso limitado a los registros médicos.
El interés de China por ocultar la verdad en torno al coronavirus pasa, inclusive, por decir que llegó al país en unos empaques de comida congelada procedentes de India. El uso de recursos propagandísticos está a la orden del día, con la intención de cambiar la historia del origen del COVID-19.
Con información de El Político y de Infobae
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