Rage, el libro del reconocido periodista Bob Woodward, saldrá a la venta el 15 de septiembre y con él algunas declaraciones del presidente Donald Trump sobre el coronavirus y otros temas.
El Político
Rage surgió de la inquietud del autor por hacer un seguimiento a la administración Trump, luego de dos años de haber publicado Fear.
En el artículo del New York Times titulado In Bob Woodward’s ‘Rage,’ a Reporter and a President From Different Universes, se plantea una idea central: “el universo del que viene Woodward es el de la vieja escuela, aquel en el que el establecimiento aún es venerado, y aquel que le permite pensar que puede hacerle preguntas altruistas al presidente: ¿cuáles son sus prioridades?, ¿qué está en su corazón? Es el mismo universo en el que Woodward puede regurgitar inconscientemente la teoría, promovida por los halcones de China en la administración, de que “China tenía un objetivo siniestro” y permitió a propósito que el coronavirus se convirtiera en una pandemia global, reportó El Tiempo.
“Si diseñaron esto e intencionalmente lo dejaron salir al mundo”, dice Woodward a Trump en lo que parece una escena inadvertidamente cómica en la que el presidente es tan indisciplinado que ni siquiera puede morder el anzuelo".
En palabras de Woodward: “nació de la necesidad de mirar de nuevo, y a mayor profundidad, el equipo de seguridad nacional que construyó dos meses después de haber sido elegido en el 2016″, se lee en el diario neoyorquino.
Dieciséis entrevistas grabadas, y otras declaraciones más, albergadas en notas tomadas a mano, son la materia prima del libro que está próximo a ser lanzado al público. Aunque el periodista se reserva el nombre de sus fuentes, como se lee en el New York Times, Woodward afirma que “se basó en cientos de horas de entrevistas con participantes y testigos de primera mano de estos eventos”.
El conocimiento sobre la gravedad del coronavirus, aún cuando los efectos fueron minimizados por el mismo Trump, así como el racismo, son algunos de los temas centrales del libro.
Tras tener acceso al libro de Woodward, Robert C. O’Brien, consejero de seguridad nacional, le advirtió a Trump el 28 de enero: “esta va a ser la amenaza más grande que va a enfrentar su presidencia”. Luego de haber afirmado públicamente que el virus no era letal y que el gobierno lo tenía bajo control, Trump admitió frente a Woodward, el 19 de marzo, que "siempre quería restarle importancia. Todavía me gusta minimizarlo porque no quiero crear pánico”.
Frente al racismo, “el 19 de junio, Woodward le dijo a Trump que ambos eran hombres blancos de la misma generación que habían crecido en un ambiente privilegiado, e insinuó que los dos tenían la responsabilidad de reflexionar sobre su privilegio para ‘entender la rabia y el dolor’ que sienten los estadounidenses negros”. A lo que Trump contestó: “No. Realmente te lo has tragado todo, ¿eh? Guau, escucha lo que estás diciendo. No, yo no siento eso en absoluto”, dijo en tono de burla. Tres días después, Trump le reconoció a Woodward que creía que sí había racismo en Estados Unidos, pero “probablemente menos que en la mayoría de los sitios” del mundo".
A lo largo de los encuentros, Trump trató de aprovechar las conversaciones para referirse a los temas con los que usualmente se siente más cómodo, por ejemplo: las noticias falsas. Estos “monólogos divagantes”, como los nombra Jennifer Szalai, autora del artículo en el New York Times, llevaron a Woodward a decir: “Todo esto es para la historia seria, señor presidente”. Tras no lograr entablar una conversación sobre 14 puntos claves develados por las fuentes del periodista, Woodward advirtió: “Hablábamos entre nosotros casi que desde diferentes universos”.