Con la ley de Inclusión Financiera (que hace obligatorio el pago de sueldos y algunas compra-ventas mediante tarjeta de débito, dinero electrónico o instrumentos bancarios) se instaló el debate sobre la ganancia que tendrían los bancos por ello.
Al inicio, los bancos discutieron la ley porque si bien se entendía que podían tener más ingresos por cobro de aranceles a comercios (derivado del aumento de las compras con tarjeta de débito) también iban a perder ingresos que antes tenían (por ejemplo por transferencias bancarias, ya que cada cuenta sueldo deberá tener al menos ocho al mes gratuitas según indica la ley).
Con la Rendición de Cuentas, el diputado del Partido Nacional Jorge Gandini propuso un impuesto que grave con 35% los ingresos arancelarios percibidos por las instituciones financieras o emisoras de dinero electrónico derivados de su participación en las operaciones de pagos a través de medios electrónicos, mediante tarjetas de débito o similares".
El legislador dijo al semanario Brecha que "por donde se lo mire ha sido un negocio bárbaro para los bancos, por eso propuse en el marco de la Rendición de Cuentas la posibilidad de crear un impuesto sobre ese negocio".
Cada vez que se utiliza una tarjeta de débito para comprar, el comercio debe pagar 2,5% del monto comprado (2% en el caso de pequeños comercios). Sin embargo, ese 2,5% (o 2%) no va entero al banco, ya que una parte queda en el sello emisor de la tarjeta (Visa o Maestro).
"Los ingresos de los bancos por aranceles tienen que ver con lo que se cobra a los comercios, deducida la parte que queda en los sellos y los costos de tener la operación de tener un sistema de atender a los clientes", dijo a El País el presidente del Banco República (BROU), Jorge Polgar.
A su vez, reveló a El País que "el ingreso bruto de aranceles por (uso de tarjetas de) débito, es decir sin descontar los costos de las promociones, de la atención a esos clientes, etc. es de US$ 1 millón por mes". Esto es, al BROU le ingresan unos US$ 12 millones al año por este concepto. Pero, a eso tiene que descontar lo que le cuestan las promociones, esto es los 2×1 en entradas al basquetbol, cine, teatro, los descuentos en comercios (que los asume el banco) y los costos que tiene por atención de los clientes (reemplazo de tarjetas, entre otros).
Teniendo en cuenta que el BROU es aproximadamente la mitad del sistema financiero, se puede estimar que todos los bancos tienen un ingreso bruto anual de US$ 24 millones por aranceles con tarjeta de débito.
Un impuesto como el propuesto, recaudaría US$ 8,4 millones en el año, esto es unos US$ 700.000 al mes. Para tener una idea, en julio el IVA mínimo (que pagan las pequeñas empresas) recaudó $ 70 millones (US$ 2,3 millones). Este tributo —que es de los que menos recauda y representó en julio el 0,3% de los ingresos de la Dirección General Impositiva— genera recursos tres veces superiores al que generaría la propuesta.
"Ese debate está mal conducido por ese lado", señaló Polgar respecto a si los bancos ganan mucho dinero por el cobro de aranceles por tarjeta de débito.
"El fenómeno que hemos visto, impulsado por la política pública del acuerdo del Ministerio de Economía y Finanzas con la industria bancaria, es una gran reducción de aranceles, particularmente en débito acercándose prácticamente al 2% cuando estábamos en niveles de 7% y eso ha multiplicado la cantidad de transacciones. Aún así, no es una línea de negocio relevante para el BROU", señaló su presidente.
Para tener una idea, el año pasado el BROU tuvo ganancias (descontados los costos y el pago de impuestos) por US$ 198 millones.
Con información de El País